
Cuando la mayoría de nosotros pensamos en “inventores”, probablemente se nos vengan a la cabeza personas como los hermanos Wright, Alexander Graham Bell o Thomas Edison, personas que cambiaron el mundo creando algo nuevo... y vivieron para contarlo. De lo que se habla con menos frecuencia es de las personas que no tienen tanta suerte: las personas que intentaron crear máquinas futuristas y terminaron convirtiéndose en víctimas de esas máquinas en el proceso. Aquí tienes algunos de los ejemplos más espeluznantes.