10 años más tarde y 9 juegos (de la saga principal) después, Assassin’s Creed Origins cuenta el inicio de la hermandad de asesinos, volviendo al antiguo Egipto y al hombre que lo comenzó todo. Irónicamente, el juego que regresa al origen también es el mejor de la saga.
Desde que Assassin’s Creed naciera en el año 2007 con la historia de Altair se ha convertido en una de las mejores y más importantes sagas de videojuegos en el mundo. Sin embargo, durante los últimos años muchos nos cansamos de ella por no cambiar nada, sacar demasiados juegos seguidos y, lo más importante, estar llenos de fallos y problemas como fue el caso de Assassin’s Creed Unity.
Es así como Ubisoft decidió tomarse un año de descanso y no lanzar un Assassin’s Creed en 2016, algo que podría parecer poco tiempo pero tomando en cuenta que la saga lanzaba juegos cada año, daba tiempo suficiente para renovar la saga, y el experimento ha resultado.
El origen de la hermandad
Origins cuenta la historia de Bayek, el hombre que lo comenzó todo. En este juego conocemos cómo nació la hermandad de asesinos para enfrentarse, desde hace más de 2.000 años, a los templarios y sus ambiciones de dominio mundial. La historia de Bayek originalmente no es noble ni tiene que ver con salvar al mundo o a Egipto siquiera, es simplemente una historia de venganza contra aquellos que asesinaron a su hijo, pero se terminará convirtiendo en algo mucho más grande.
Una de las cosas que critico de Origins es que su comienzo es confuso. No es sino hasta después de jugar unas 5 o 6 horas que la trama tiene sentido. Al principio simplemente estás en el antiguo Egipto y buscas asesinar a hombres de mucho poder por alguna razón, poco tiempo después te enteras de que mataron a tu hijo y después es que entiendes de qué va todo.
Aún así, la historia es tan buena que te mantiene interesado en ella durante sus más de 30 horas de campaña principal. La misión de Bayek no es sencilla, dado que su venganza se convierte en un problema político y de control de masas, y eso antes de siquiera saber que los templarios existen. Como buen Assassin’s Creed, te encuentras con personajes históricos reales (Cleopatra, por ejemplo), pero a su vez el juego ofrece una serie de misiones secundarias tan interesantes que no puedes dejar de hacer ninguna. Esto me recordó a The Witcher 3 y las historias de sus misiones secundarias, las cuales siempre eran mucho mejores y más sorprendentes de lo que imaginabas.
Bayek es un Medjay, una especie de guerrero que se preocupa por el bienestar del pueblo y trabaja para el faraón. Sin embargo, Egipto se encuentra en medio de una lucha entre dos hermanos que claman el poder, mientras que los griegos y los romanos influencian la nación. El panorama político en Origins es muy complicado e interesante.
Si hay algo que siempre ha tenido Assassin’s Creed es que cuenta con escenarios y recreaciones de ciudades impresionantes, tanto así que si visitas alguna en la vida real sentirás que la conoces aunque en realidad es que solo habías estado ahí en un juego (me sucedió al visitar Venecia y Versalles después de jugar Assassin’s Creed II y Unity). Origins no es la excepción, aunque no he visitado Egipto su recreación se parece a todo lo que he visto en mi vida en fotos, vídeos, películas o series. Las pirámides de Giza, la esfinge y Alexandria son de las mejores recreaciones que he visto jamás en un videojuego.
Además, el mapa de Origins es gigantesco, y la cantidad de contenido que se encuentra en cada ciudad puede llegar a ser agobiante. Afortunadamente, como mencioné algunas líneas atrás, las misiones secundarias siempre son interesantes.
Pero una buena réplica de una ciudad y un mapa grande lleno de cosas por hacer es algo que siempre podemos esperar en un Assassin’s Creed. En cambio, la mayor novedad de Origins se encuentra en el combate y los elementos RPG que han añadido al juego. En este título el combate se siente mejor que nunca. Está inspirado en el sistema de For Honor, lo que significa que tendrás que ser mucho más táctico, bloquear, esquivar y saber cuándo atacar, además de intentar siempre enfrentarte a uno o máximo dos enemigos a la vez. Más de eso significa la muerte del pobre Bayek.
El sistema RPG del juego permite obtener habilidades y mejorar tus armas y equipo, lo que incentiva a hacer más misiones secundarias y así subir de nivel más rápido. La única desventaja de este sistema es que en ciertos casos afecta el sigilo en el juego. Por ejemplo, si te encuentras a un enemigo cinco niveles superior a ti y no has mejorado tu cuchilla escondida, no podrás matarlo de un solo golpe ni siquiera mediante una emboscada. Esto es parte de la esencia de Assassin’s Creed, pero de cualquier forma el juego te advierte que juegues acorde a tu nivel y dejes de aventurarte donde no debes.
En conclusión
Assassin’s Creed Origins sigue siendo un Assassin’s Creed, pero mucho mejor. Tras el fiasco de Unity y el juego decente pero un poco mediocre que fue Syndicate, a Ubisoft le ha tomado dos años mejorar la saga con un juego que tiene todo lo que esperaba: buena historia, combate divertido, mucho contenido, un mapa gigante y sorprendente y un halcón que puedes usar para picotearle la cabeza a tus enemigos. En serio.
Si habías perdido la fe en Assassin’s Creed, Origins es el juego que te hará regresar a la saga.
Léeme
- Relata el origen de la saga y la hermandad de asesinos
- El combate ha mejorado muchísimo.
- Su historia es muy buena, y las misiones secundarias aún mejor.
- Tiene microtransacciones, pero el 99% de ellas son estéticas. El otro 1% es la venta del mapa de tesoros en el juego mediante micropagos (aunque el juego te regala cierta cantidad de créditos al iniciar tu campaña, y los puedes usar para comprar estos mapas).
- Tiene eventos temporales en los que te enfrentas a dioses del antiguo Egipto, y son geniales.
- Bayek podría ser el segundo mejor protagonista de la saga (Ezio todavía tiene el primer lugar).
- Origins es el mejor Assassin’s Creed hasta ahora, pero Black Flag sigue siendo mi favorito porque nada es más genial que los piratas. Afortunadamente, en Origins también hay combate de barcos.