
Desde el primer Moto G, hace ya casi una década, los teléfonos de esta línea eran sinónimo de un buen rendimiento de gama media y un precio muy accesible. El Moto G100 en su momento fue el mejor teléfono que hizo Motorola, y ahora el G200 es la evolución del “G” más prémium de todos.
El Moto G200 no es un teléfono de gama alta, técnicamente, ese sería su hermano mayor, el Moto Edge 30 Pro. Aún así, el G200 incluye el procesador más potente de 2021, el Qualcomm Snapdragon 888+, lo que le ofrece el mejor rendimiento que ha visto hasta ahora la familia “G” en su historia. ¿Pero esto es suficiente?
No, un procesador potente no es lo único que hace bueno a un teléfono. Es la combinación de hardware, software e incluso diseño. Afortunadamente, el G200 cumple en básicamente todos estos sentidos, incluso luciéndose en algunos apartados como el rendimiento que ofrece su pantalla.
Porque el Moto G200 tiene una tasa de refresco de nada menos que hasta 144 Hz en su pantalla de 6,8". Es un panel LCD y no un OLED, pero la calidad de colores y nitidez de imagen es bastante buena. Lo único que mejoraría es su brillo, que no es malo, pero podría ser mejor bajo la luz más intensa del Sol. Pero en cuanto a su fluidez, esos 144 Hz le dan una experiencia básicamente inmediata a los jugadores en los juegos más exigentes (potenciados por ese Snapdragon 888+ que lleva bajo el capó), o si lo deseas, pueden optar porque la tasa de frecuencia varíe entre el mínimo y los 120 Hz de forma automática, para prolongar la autonomía de la batería.
El rendimiento de la pantalla junto al CPU, la GPU Adreno 660 y sus 8 GB de memoria RAM, es uno de los mejores aspectos de este teléfono. Otro de ellos, en mi opinión, es su diseño. Motorola ha optado por una parte trasera de plástico y no de cristal, posiblemente esperando reducir un poco los costos para mantener ese precio de 450 euros en Europa y 100.000 pesos en Argentina, pero aún así, el teléfono se siente muy bien en la mano. Su acabado y color le hace lucir prémium, y el módulo de la cámara triple en una especie de franja “cortada”, casi pincelada, es un diseño original que destaca sobre la enorme mayoría de teléfonos hoy en día que, sencillamente, montan las cámaras sobre un módulo elevado en la parte trasera.

Y ya que he mencionado su cámara, aprovechemos la ocasión para hablar de lo que puede hacer en materia de fotografía.
Motorola utiliza una versión prácticamente “pura” del sistema operativo Android, solo con algunos añadidos propios de la marca, que por ejemplo añaden opciones de personalización, un modo gaming y esos maravillosos gestos que siempre esperamos en un Moto, como girar la muñeca para abrir la cámara. Motorola también usa su propia aplicación de cámara, y es una app que he visto mejorar cada vez más a lo largo de los años, entre todos los teléfonos de la marca que he probado hasta ahora. Los resultados son cada vez mejores, como lo pude comprobar en el Moto Edge 20 Pro del año pasado, y nuevamente en este Moto G200.
Los colores de las fotos que captura el G200 se sienten reales, sin una saturación exagerada o sin parecer demasiado intensos los colores de un escenario. La captura de sombras sombras han continuado mejorando entre cada versión de Android en Motorola, y el brillo de las luces no resultó en un efecto “quemado” en la mayoría de mis pruebas (solo en muy pocas). Además, al momento de revisar las fotos que tomé para este análisis, noté que el sensor principal del G200, un angular de 108 MP y apertura de f/1.9, puede lograr una buena separación de objetos con el fondo sin necesidad de usar un efecto bokeh, como se puede ver a continuación. Me gusta cuando se entiende mejor la profundidad que tienen algunos escenarios.


El sensor de ultra gran angular del teléfono, el cual es de 13 MP y tiene un ángulo máximo de 119 grados, puede lograr buenos resultados y, lo que es aún mejor, no noto casi ninguna distorsión en los bordes de la imagen al tomar una foto con este lente, como se puede notar a continuación.
La imagen de arriba fue tomada con el sensor principal en una tarde lluviosa. La de abajo, fue capturada inmediatamente después desde el mismo sitio.


Pasando al que sin duda es el aspecto más complicado en materia de fotografía, la captura de imágenes con poca luz, este ha sido durante mucho tiempo el aspecto que más difícil se le ha hecho a la mayoría de teléfonos Motorola, pero me complace haber podido comprobar que continúan mejorando. Aún hay camino por recorrer, disminuir el ruido en las imágenes y capturar más detalles en poca luz, pero en mis pruebas los resultados me dejaron en mayor parte satisfecho, incluyendo en los ejemplos a continuación:
La primera imagen fue capturada con una iluminación artificial en interiores entre intermedia y alta, y la segunda foto con una iluminación artificial en interiores entre intermedia y baja.


Por último, una foto de noche y en la intemperie, en la que hay un buen contraste entre el iluminado edificio (el fascinante Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires) y el oscuro cielo nocturno. Esta es una de mis fotos favoritas durante mis semanas de prueba con este teléfono, porque no solo se pueden notar los detalles del teatro y un cielo completamente negro y con muy poco ruido, sino que las luces de los autos no están sobre expuestas o “quemadas”. Todavía hay un camino por recorrer en materia de fotos nocturnas, pero sin duda Motorola ha mejorado mucho.

En general, el Moto G200 es el Moto G más potente que han hecho, y un interesante punto medio entre los teléfonos más económicos de Motorola y los nuevos flagships que ha lanzado recientemente la compañía. Es un teléfono con el mejor procesador del año pasado, lo que se traduce en un buen rendimiento en juegos, en multitarea y en velocidad, acompañado de una pantalla muy rápida. Su batería de 5.000 mAh también está a la altura de otros teléfonos Motorola, ofreciendo entre 24 y 36 horas de uso intenso. Pero eso no debería ser sorpresa, porque si hay algo a lo que Moto nos ha acostumbrado en los últimos años es a que la batería no sea un problema, y el G200 no podía ser excepción.