Se llama X-47B y es el primer dron (avión no tripulado) capaz de despegar y aterrizar de un portaaviones. Lo ha fabricado la compañía Northtrop Grumman para la marina estadounidense y la consecuencia de este avance tecnológico y militar no se le escapa a nadie: el X-47B cambiará la guerra para siempre.
Lo que ha conseguido este dron, aterrizar y despegar con éxito de un portaaviones, se considera en el sector de defensa algo "histórico". ¿Por qué? Dentro de poco será posible desplegar aviones de guerra como este en cuestión de horas en cualquier rincón del mundo. De tener humanos pilotando máquinas a dejar que las máquinas piloten y se enfrenten entre sí. El escenario que se abre ahora es jamás se había explorado antes.
Aquí puedes ver el X-47B despegando:
Y aquí aterrizando:
Hasta ahora, que un dron aterrice o despegue en un portaaviones era tan complicado como costoso. Conseguirlo le ha costado a la marina de EE.UU. unos 1.400 millones de dólares. Algunos comparan este avance al de los primeros aterrizajes de un avión de guerra en un barco en 1911.
De momento el X-47B es solo un modelo de prueba, pero Northtrop Grumman quiere tener listo una versión más avanzada para entrar en servicio en 2019. El modelo actual tiene casi 19 metros de envergadura de alas, aunque se pueden plegar para darle una forma mucho más compacta.
Este dron, tal y como lo vemos ahora, jamás entrará en servicio, se retirará directamente a un museo naval, pero los avances a los que ha dado lugar servirán para construir los aviones de guerra del futuro. Si la idea de ver cazas autónomos surcando el cielo era por sí misma inquietante, dentro de poco será también real. [Navy Life]