
Normalmente, o compras una impresora de resina pequeña que solo tiene espacio para imprimir cosas pequeñas, o saltas a una impresora de medio o gran formato que te permite crear cosas más grandes, pero ocupa mucho en la mesa y pesa en el bolsillo. La Halot One Plus viene a llenar un peldaño intermedio entre ambas categorías.
El volumen de impresión de la Halot One Plus es de 172 x 102 x 160mm. No es tan espacioso como el de una Elegoo Saturn, una Anycubic M3 Plus o la propia Halot Max, pero es más generoso que el de modelos de entrada como la Halot One (127 x 80 x 160 mm) o la Elegoo Mars 3 Pro (143 x 89 x 175mm). Es más, Creality ha sabido embutir ese volumen en una máquina realmente pequeña que ocupa muy poco espacio.
Sin embargo, el tamaño de lo que podemos imprimir no lo es todo. La facilidad de uso y la calidad de las piezas es, en este caso, lo que hace de la Halot One Plus una impresora más que interesante si lo que quieres es imprimir cosas como bustos, figuras de colección o minifiguras para jugar al rol o a juegos de mesa.
Contenido de la caja
Aparte de cosas esperables como el manual, el documento de garantía, o las llaves Allen para montaje, la caja de la Halot One Plus trae algunas cosillas interesantes. Viene con una lámina FEP de recambio para el fondo del depósito, algo que acabarás necesitando. Sin embargo, no trae protector de pantalla, un accesorio que te recomiendo encarecidamente que compres e instales antes de imprimir nada. Te lo dice alguien que ha destrozado una pantalla de una Anycubic tratando de limpiar un derrame de resina por un depósito perforado. Mejor 5 euros de protector, que 10 de lámina nueva, y mejor 10 de lámina nueva que 150 de pantalla.


Además de los tornillos para fijar el depósito, la caja trae dos espátulas (una de acero y la otra de plástico), el cable de alimentación, una memoria USB y dos coladores desechables para resina que recomiendo desechar a la primera oportunidad y hacerte con uno de acero.
Instalación y diseño
La Halot One Plus no tiene instalación como tal. Solo hay que desembalarla (viene protegida con auténtico mimo), calibrarla con ayuda de un papel y una llave Allen (cosa de aflojar cuatro tornillos), y poner en su sitio el depósito de la resina. He visto cafeteras express con instalaciones mucho más complejas que esta.
Una cosa que sorprende de la Halot es lo mucho que ha apurado Creality a la hora de reducir al máximo el espacio que la impresora ocupa en la mesa. Apenas hay unos milímetros de separación entre las paredes de la campana y las del depósito de resina. Tiene un tamaño total de 236 x 241 x 418mm y un volumen de impresión de 172 x 102 x 160mm. Vas a encontrar pocas impresoras 3D de resina que ofrezcan tanto espacio para tus impresiones ocupando tan poco en tu taller, despacho, o guarida del mal. Pesa 8,6 kilos.

Pese a haber apurado tanto el espacio disponible, Creality se las ha apañado para montar el adaptador de corriente dentro de la propia impresora, un detalle que simplifica mucho el diseño y no nos obliga a andar buscando espacio extra para albergar un ladrillo con cables. Tan solo tenemos que conectar el típico cable de corriente de PC a la máquina y estamos listos para funcionar. Otro detalle que me contenta es ver los puertos en la parte frontal, no en un lateral. De todos modos la Halot One Plus está pensada para operar más sobre wifi que por USBN (Más de eso a continuación).
Un detalle que no me gusta tanto es que los tornillos que anclan el depósito de resina quedan sujetos a este a menos que los desatornillemos del todo, una tarea tediosa que, en mi opinión, entorpece un poco el proceso de limpieza. Tampoco hay guías que marquen el punto exacto en el que va el depósito. No es el fin del mundo, pero vas a tener que prestar un poco más de atención para no rallar nada cuando pongas el depósito, y esa es una operación que se hace cada vez que usas la impresora. Al menos el depósito tiene varias cómodas y prácticas marcas de volumen para orientarte al echar la resina.

Pese a no tener un volumen de impresión especialmente grande, la Halot One Plus presume de dos generosos anclajes en el eje Z y de un tornillo de apariencia muy sólida. Cómo referencia, tiene un sistema similar al de la Anycubic Photon Mono X, que es una impresora mucho más grande. Esto es muy buena noticia a la hora de evitar vibraciones y asegurar una calidad de impresión óptima.
Software y uso de la impresora en red
Hay tres maneras de imprimir cosas en la Halot One Plus. La manera tradicional es volcar el archivo que queramos imprimir en una memoria USB e insertar esta en la máquina, pero la manera tradicional no tiene por qué ser la mejor. También se pueden imprimir archivos directamente vía wifi. Para ello necesitas conectar la impresora a la red, un proceso tan sencillo como hacerlo en un móvil.
Una vez conectada, solo tienes que instalar el software de slicing Halot Box que viene en la propia memoria USB de la caja, seleccionar un archivo, prepararlo e imprimir igual que lo harías con una impresora convencional de papel. Más rápido y práctico imposible.

La tercera opción es instalar la aplicación Creality Cloud (iOS y Android) en tu móvil o tableta. Usar la app es tan sencillo como instalarla, registrarse (puedes hacerlo con Google o Facebook), y vincularla a la impresora mediante un código QR. Lo difícil viene a continuación.
Creality Cloud es parte de un ambicioso esfuerzo por parte de Creality para hacer de la impresión 3D una actividad más sencilla y sequible a todos los públicos en los tiempos que corren. El servicio comenzó su andadura en 2021 y desde entonces no ha hecho más que crecer y mejorar. Para empezar, Creality Cloud es un repositorio enorme de modelos para imprimir, alguno de ellos de una calidad impresionante. Su vocación es servir a los artistas para dar a conocer sus obras e incluso venderlas. Hasta tiene un componente social. Puedes seguir a otros artistas para estar al tanto de sus novedades en la plataforma.

De hecho, la app cuenta con su propio slicer en el móvil. Podemos ajustar los parámetros de impresión, reorientar la figura y hasta poner soportes automáticos. El problema de todo esto es que, en mi experiencia, los soportes automáticos raramente son suficientes y no hay nada como la mano de un impresor experto usando un buen software de Slicer en una computadora. Eso por no mencionar que los ajustes de impresión dependen de la resina y de la impresora. En otras palabras, que puedes descargar un modelo e intentar imprimirlo, pero los ajustes de la persona que lo creó probablemente no te sirvan de nada.

No quiero cargar las tintas contra Creality Cloud porque creo que es una iniciativa realmente fantástica para acercar la impresión 3D al gran público. Sin embargo, también creo que la impresión 3D es una actividad demasiado técnica ahora mismo como para contenerla en una aplicación móvil para otra cosa que no sea monitorizar el proceso de forma remota. No es una cuestión de ponerse fino. Es que hay cosas en la impresión 3D que, por desgracia, aún no se pueden automatizar. Ojalá todo fuera tan fácil como sugiere la aplicación.
Un buen paso para que una app como Creality Cloud fuera realmente útil sería, por ejemplo, que los fabricantes se pusieran de acuerdo para crear un sistema universal de referencias de configuración para cosas como los tiempos de exposición de la resina. De esta manera, los usuarios no tendríamos que darnos de cabezazos con nuestras impresoras para lograr dar con el punto dulce de una resina concreta sin que esta de errores. Hasta que no se lleven a cabo iniciativas como esa, intentar simplificar el proceso en la pantalla de un móvil solo es ofrecer la misma complejidad que en un slicer de PC, pero en pantalla pequeña y con menos opciones.
Por fortuna, los clásicos como yo podemos recurrir a la memoria USB que viene con la impresora. En ella, además del software Halot Box mencionado arriba encontraremos otras dos apps listas para instalar en sistemas Windows o MacOS: ChituBox y Lychee Slicer. Ninguna de las dos necesita presentación. Son las aplicaciones de impresión 3D en resina más extendidas, fiables y con más opciones. Las versiones incluidas en la memoria son la 1.92 (Chitubox) y 3.7.1 (LycheeSlicer). Al termino de este artículo ya había una versión más nueva de Chitubox (la 1.93), así que probablemente quieras descargarlas de sus páginas oficiales en lugar de instalarlas desde la memoria. Digo probablemente porque la última versión de Lycheeslicer da un error de importación en la Halot One Plus que obliga a usar un perfil de resina genérico y luego introducir los datos manualmente. Cosas de las versiones.

En cuanto a Halot Box, se trata del software de slicing que Creality ha desarrollado específicamente para esta impresora. No está en español, pero eso no debería importar mucho a estas alturas. Los menús de Halot Box son muy parecidos a LycheeSlicer. Hay menos opciones para, por ejemplo, elegir sistema de adhesión a la plataforma, pero la manera en la que se añaden soportes manualmente me parece más intuitiva. De igual manera, se pueden configurar los soportes al detalle (número, grosor, grosor de la punta, etc...) y los ajustes de la resina también son bastante completos. Como guinda final al pastel, Halot Box tiene enlace directo con la impresora por wifi, algo que no vas a encontrar en ChituBox o LycheeSlicer.
Imprimiendo con la Halot One Plus
Hasta aquí se diría que usar la Halot One Plus es un infierno de configuración, pero es todo lo contrario. Los menús de la impresora son maravillosamente intuitivos y hacer cosas como conectarla a la red es insultantemente sencillo, sobre todo comparando la operación con las piruetas que hay que hacer en impresoras de marcas tan asentadas como Anycubic.

Una vez tienes el modelo cargado solo hay que echar la resina e imprimir. La Halot One Plus tiene una pantalla de resolución XY 4K y una precisión de 0,004mm. Dicho de otro modo: su calidad es brutal. Para la prueba he usado una resina lavable en agua fabricada por la propia Creality. Comoquiera que el fabricante no ofrece parámetros recomendados de exposición he usado los de la máquina por defecto y he cruzado los dedos (normalmente esto nunca sale bien). El modelo elegido (la miniatura del Khodec Suneater creada por el artista Emang) era especialmente complejo por la cantidad de detalles y partes delicadas que tiene.


¿El resultado? Impecable. En poco más de cinco horas el Khodec Suneater cobró vida en la impresora con una calidad fastuosa y sin el más mínimo error. Considerando que es la primera vez que usaba la máquina y que los parámetros de la resina eran tentativos no puedo menos que maravillarme ante lo amistoso de la Halot One Plus.
En resumen
- Ideal para pequeños espacios.
- Buen volumen de impresión para su tamaño
- Muy amistosa con el usuario y fácil de configurar
- Pequeñas ausencias de diseño como la base no texturada o los tornillos anclados al depósito. Nada grave. Simplemente mejorable.
- La calidad de impresión es magnífica. No falla al imprimir.