
Assassin’s Creed Valhalla es un juego enorme, pero aún así Ubisoft ha decidido hacerlo aún más masivo con su primera expansión. Llamada Wrath of the Druids, esta vez la historia nos lleva a una Irlanda llena de conflictos políticos y religiosos. Esto es lo que nos pareció el primer DLC del juego.
Ubisoft cambió la forma en la que publica los Assassin’s Creed. Antes, básicamente todos los años llegaría al mercado un nuevo juego de la saga, pero desde que llegó Assassin’s Creed Origins en 2017, la saga parece sentirse más pausada. Los juegos a veces llegan uno o dos años después del anterior, pero mientras tanto, el contenido que ofrece cada uno es abundante, amplio, y ese contenido viene acompañado de expansiones que, valga la redundancia, expanden más la historia y las horas que pasamos en este juego.

Ese es el caso de Wrath of the Druids, una expansión que tras unas 50 horas en Valhalla (lo que técnicamente podría considerarse “poco”, tomando en cuenta todo lo que ofrece el juego), me hizo regresar a este juego a encontrar más. Esta vez, Eivor, (el o la) protagonista de la historia, es invitado a Irlanda, dejando atrás las costas de Inglaterra para meterse de lleno en un conflicto político y religioso en una nueva región.
Región que, además, es un mapa completamente nuevo para el juego. Esta región está llena de montañas, riscos y pendientes con castillos y fortalezas en la cima, y en PlayStation 5, consola en la que lo he jugado, Irlanda, sus colores verdes y su niebla nocturna, luce espectacular.
En resumen, y sin entrar mucho en detalles de la historia, en Irlanda hay un conflicto debido a que un Rey está intentando unificar la nación, y además, el cristianismo está en lucha contra las religiones autóctonas e indígenas (mal llamadas “paganas”) de la región. Esto se traduce en muchas misiones para Eivor, desde tomar a la fuerza algunos castillos, hasta asesinar algunas personas importantes. Nada nuevo para la saga Assassin’s Creed, pero aún así muy divertido.
Porque el combate no ha parado de evolucionar en la saga desde que llegó Origins, y esta vez, a Eivor le toca luchar contra seres de fantasía, demonios del ocultismo irlandés, los cuales puede ver gracias a “alucinaciones” a las que es sometido (es la excusa del juego para enfrentarnos a estos monstruos sin que, realmente, existan en el mundo de Assassin’s Creed). Estos combates involucran algo de magia de parte de nuestros enemigos, y también nuevas habilidades para Eivor. He disfrutado cada uno de los combates con estas criaturas, al igual que indagar en la historia de los cultos, los druidas, y el pasado de Irlanda, incluso desde esta perspectiva basada en la ficción.
Además de habilidades, Wrath of the Druids también trae consigo nuevas armaduras, armas y mucho loot para conseguir, y la buena noticia es que se puede acceder al DLC sin necesidad de completar Valhalla por completo (tiene un mínimo de nivel y puede accederse desde cierto punto de la historia del juego base), lo que significa que es posible continuar con el juego original usando esa armadura o arma que conseguiste en Irlanda.
En conclusión, si te gustan los Assassin’s Creed, y siendo más específico, si te gustan los Assassins Creed desde que comenzó su evolución en Origins, Wrath of the Druids es un gran añadido para Valhalla, uno que suma entre 12 y 20 horas de contenido adicional para un juego que de por sí era grande. En parte es más de lo mismo, pero con más cosas por hacer y más lugares por explorar, algunos particularmente hermosos. Mi problema con este DLC es su precio, el cual es de 25 dólares. Para una expansión de “apenas” esas 12 a 20 horas de duración, siento que es un precio elevado. Pero Ubi suele hacer ofertas constantemente, y además, compensa más comprar el Season Pass, que también incluye la siguiente expansión de Valhalla, la cual llevará a Eivor a hacer un asedio en París, y que seguro todos los que vimos la serie Vikings vamos a disfrutar.
