Usar la pantalla externa del teléfono es algo en lo que hice mucho énfasis en mis conversaciones con algunos responsables de Motorola en Argentina. ¿Es extraño que lo que más me interese de un teléfono plegable es poder usarlo cerrado? Quizás parezca así, pero me parece que eso es lo que hace a este formato tan versátil. Tener un dispositivo compacto que puedas revisar rápidamente sin necesidad de abrirlo, como si fuera la pantalla de un smartwatch pero mucho más útil.

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Eso es algo que dispositivos de otras marcas con el mismo formato no tienen. Por ejemplo, el Samsung Galaxy Z Flip tiene un mejor procesador y un sistema de cámara doble que el Moto Razr 5G no posee, pero su panel externo es una pantalla minúscula en la que apenas puedes ver iconos y algunas notificaciones en texto. Si la comparamos con la pantalla externa del Moto Razr 5G, es inútil.

Sin embargo, ahí está quizás la mayor “falla” del Moto Razr 5G, su hardware. Estamos ante un procesador Qualcomm Snapdragon 765G acompañado de 8 GB de memoria RAM y una GPU Adreno 620, además de 256 GB de almacenamiento. Su capacidad de almacenamiento está muy bien, pero el resto de componentes, en especial su procesador, es un chip que es utilizado en modelos de gama media–alta, y tomando en cuenta su precio de 1.400 dólares o 149.000 pesos en Argentina, muchos podrían esperar un hardware más potente.

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Pero puedo confirmar, tras semanas de uso continúo como mi teléfono principal, que el Razr 5G cumple en cualquier tipo de tarea, solo calentándose un poco cuando probaba juegos muy exigentes. Podía jugarlos, sí, pero la temperatura del dispositivo subía. Motorola explica que el precio del dispositivo se debe a su diseño, sus materiales y el factor prémium que le da su formato. Desarrollar y fabricar un teléfono así es costoso, y estamos ante una marca que vende dispositivos con precios desde los 100 dólares o menos, podemos darle el beneficio de la duda, la pregunta es si estamos dispuestos a pagar este precio más por diseño y originalidad que por un teléfono con el hardware de la gama más alta.

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En cuanto a su cámara, el Moto Razr 5G incluye un sensor interno para selfies de 20 MP que ofrece buenos resultados, pero el sensor principal es el que se encuentra en la tapa, el cual es de 48 MP y, aunque sea un solo sensor, ofrece muy buenos resultados en fotos con buena iluminación (en la noche nos podemos apoyar en el modo nocturno), aunque los colores no sean tan vivos como me gustaría que fueran.

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Las tomas cercanas y de alimentos también resultan bastante atractivas, aunque en ocasiones el enfoque puede no ser perfecto.

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Y por supuesto, al cerrar el teléfono se puede usar la cámara principal como cámara de selfies, lo que permite sacar autorretratos de gran calidad, mejor que con la mayoría de cámaras frontales de teléfonos que he probado.

Es posible sacar selfies usando la cámara principal, cerrando el Razr 5G.
Es posible sacar selfies usando la cámara principal, cerrando el Razr 5G.
Foto: Eduardo Marín / Gizmodo.
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La batería del Moto Razr 5G es considerablemente más pequeña que la de otros modelos de Motorola, una marca que hoy en día ha hecho un estándar incluir una batería de 5.000 mAh e incluso 6.000 mAh en sus teléfonos, lo que ofrece al menos dos días de autonomía a sus teléfonos. En el caso del Moto Razr 5G no es posible por el formato del teléfono, que al estar dividido en dos partes dificulta la inclusión de baterías grandes. No obstante, su batería de 2.800 mAh me ofreció mejores resultados de los que esperaba o imaginaba: un día de uso completo sin problemas e incluso un poco más, con entre 5 horas y media a 6 horas de pantalla, dependiendo de cuánto tiempo estuve conectado a redes móviles en lugar de WiFi, y dependiendo de cuánto usé el panel externo en comparación al interno.

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En conclusión

Sigo pensando que un teléfono de pantalla plegable tipo clamshell o “almeja” (lo que en los viejos tiempos llamábamos “de tapa”) tiene mucho más sentido que el formato de tipo “libro”, como es el caso del Samsung Galaxy Fold. Y la razón es sencilla: teléfonos como el Moto Razr 5G o el mismo Z Flip de Samsung ofrecen la posibilidad de convertir a un teléfono de pantalla con tamaño estándar en algo más portátil, pequeño y versátil. Mientras que el formato libre ofrece un teléfono de pantalla estándar que puede “transformarse en una tablet”, pero en realidad no es una tablet. Es solo una pantalla cuadrada un poco más grande que un smartphone común de la actualidad. El día que un teléfono plegable me ofrezca al menos 9 pulgadas en su pantalla interna, cambiaré de opinión.

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Imagen para el artículo titulado El Moto Razr 5G es un gran teléfono plegable... si te gustan los teléfonos plegables
Foto: Eduardo Marín / Gizmodo.

Y en el formato clamshell, el Moto Razr 5G cumple a la perfección. El nuevo modelo de Moto es robusto, se siente bien en la mano, y lo abres y lo cierras con confianza, sin delicadeza si así lo deseas. Y la expresión que pone el cajero, mesero, amigo o persona aleatoria a mi lado en el autobús cada vez que abro o cierro el teléfono no tiene precio.

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Mis quejas con el Moto Razr 5G se basan en que me gustaría que, por su precio, contara con al menos un sistema de doble cámara para darle más posibilidades (quizás un sensor de telefoto o algo similar), y la ubicación del lector de huellas dactilares en la parte trasera no es la más cómoda o natural en un teléfono como este, aunque terminas acostumbrándote. Pero en general, el Moto Razr 5G es un gran teléfono plegable, que mejora las faltas que tenía su antecesor. Tiene mucho para ser una alternativa atractiva para los que disfrutamos del formato plegable, mi pregunta es, ¿será suficiente para atraer a personas que aún no confían en el formato? Solo el tiempo lo dirá, pero sin duda es un teléfono que sabe robarse las miradas.