
Las consecuencias medioambientales de la guerra en Ucrania no se limitan al propio conflicto. Las sanciones de Europa a Rusia y los recortes a la exportación con los que ha respondido el país están provocando un enorme excedente de gas natural.
En lugar de exportar ese gas en estado líquido a países como Alemania como venía siendo habitual hasta ahora, la planta productora de gas de Portovya está quemando el excedente sin obtener ningún beneficio energético de él. Eso es al menos lo que asegura un informe de la organización Rystad Energy hecho público esta semana y publicado en origen por la BBC.
La planta ha estado quemando alrededor de 153 millones de metros cúbicos de gas diariamente, lo que equivale a unos 10 millones de dólares al precio actual del carburante. Además lleva haciendo esto durante un mes. En otras palabras, las emisiones de dióxido de carbono emitidas por la llamarada (visible desde Finlandia o vía satélite) ya equivalen a lo que emitirían 1.800 coches de gas en un año. Las emisiones no son lo único que está preocupando a los científicos expertos en clima. La acumulación de partículas en suspensión como efecto de la quema también puede agravar el derretimiento del hielo en las regiones polares.
¿Por qué Rusia está desperdiciando así el gas?
La planta de Portovya estaba en construcción cunado comenzó la guerra de Ucrania. Se construyó para comprimir y procesar gas natural a su estado liquido para su envío a otros países mediante la tubería Nord Stream 1. Sin embargo, ese conducto que lleva gas a Alemania está operando al 20% de su capacidad desde el pasado mes de Julio.
Estados Unidos y Europa ha impuesto sanciones a la importación de petroleo y gas ruso desde la invasión a Ucrania. Europa, por ejemplo, se ha propuesto ser menos dependiente del gas ruso en dos tercios de su consumo para el año que viene. En respuesta a estas medidas, Rusia ha cortado gran parte del suministro actual de gas y ha ralentizado la exportación de este y otros derivados del petróleo.
Rystad explica que no está claro por qué Rusia ha optado por quemar el gas en lugar de reducir la producción. Su informe ofrece algunas hipótesis sobre los motivos. Es posible que la quema excesiva de gas se deba a una falta de coordinación del sistema de suministro o a pruebas realizadas en la propia planta, pero el tamaño y duración del proceso no encaja con ninguna de estas posibles explicaciones.
¿Es posible que la quema de gas responda a motivos políticos? Las llamaradas producto del proceso son visibles desde otros países, lo que quizá podría entenderse como una advertencia a Europa o un aviso de que el gas está listo para fluir otra vez si se reanudan las negociaciones y se suspenden las sanciones. El embajador alemán en Rusia comentó a la BBC que el país está quemando su excedente de gas sencillamente porque no tiene donde venderlo.
¿Qué consecuencias tiene esto?
“Nunca he visto una planta de gas natural líquido quemar tanto combustible”, explicaba a la BBC Jessica McCarty, experta en datos de satélite y uso de recursos naturales en la Universidad de Ohio. “Desde Junio, hemos observado este pico de llamaradas y no desaparece, sino que permanece anómalamente alto”.
La llama es tan grande que las primeras indicaciones de que pasaba algo raro vinieron de Finlandia, donde la propia población advirtió un resplandor lejano en el horizonte.
Quemar así el gas es mejor opción que simplemente liberarlo, ya que el metano es un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el CO2. Sin embargo, la mejor opción desde el punto de vista medioambiental si duda sería no producir tanto gas en primer lugar, especialmente si no puedes venderlo, almacenarlo o usarlo para generar energía. Mientras tanto, Estados Unidos ha aumentado la producción de carbón (un recurso mucho más sucio que el gas natural) para compensar la falta de gas ruso, lo que supone doblar las emisiones de gases a la atmósfera.
Antes de este incidente, Rusia ya era el país número uno en quema de gas según datos del banco mundial. Este incremento reciente en la planta de Portovya es incluso más preocupante en un momento en el que lo último que necesitamos son más emisiones de contaminantes a la atmósfera.
Sobre la quema del propio gas está la emisión de hollín que puede acelerar el derretimiento de los polos, especialmente cuando se produce en un lugar tan al norte como Portovya. “La quema de gas en latitudes árticas es especialmente preocupante porque el hollín generado se deposita sobre el hielo y la nieve y acelera su fundimiento”, explica Matthew Johnson, investigador sobre emisiones en la Universidad Carleton en Canadá. “Algunas estimaciones consideran la quema de gas como la fuente número uno de hollín”, añade. “Aumentar la quema en estas latitudes es algo especialmente peligroso”.