La Fuerza Espacial de Estados Unidos “está al tanto de un evento generador de escombros en el espacio exterior” y está “trabajando para caracterizar el campo de escombros, y continuará garantizando que todas las naciones con viajes espaciales tengan la información necesaria para maniobrar satélites en caso de impacto”, tuiteó el periodista espacial Joey Roulette del New York Times.

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En un tweet, Seradata, una empresa responsable de mantener el lanzamiento de SpaceTrak y la base de datos de satélites, dice que la órbita de Kosmos-1408 era “un poco más alta que la EEI pero no mucho”, y agregó que el presunto ataque antisatélite (ASAT) “causaría algunos escombros que serían disparados debajo del satélite, amenazando a la EEI con una nube de escombros que se cruza con la estación”.

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Los datos recopilados por la empresa de rastreo de desechos espaciales LeoLabs muestran “al menos 30 objetos únicos detectados cerca de la ubicación esperada” del satélite ruso. McDowell espera “miles de piezas de escombros catalogados de un satélite del tamaño de Kosmos-1408”, ya que los satélites de este tipo pesan aproximadamente 1.750 kg, como señaló en un tweet, y agregó que “puede llevar días o semanas para que se cataloguen los primeros objetos de escombros y años para localizarlos”.

El incidente de hoy se produce menos de una semana después de que la EEI tuvo que realizar una maniobra de emergencia para evadir la basura espacial potencialmente amenazante. En ese caso, era un remanente del satélite meteorológico Fengyun-1C, que China destruyó deliberadamente en 2007 como parte de una prueba de misiles antisatélite. India hizo algo similar en 2019, uniéndose a Estados Unidos, Rusia y China como países que han probado armas antisatélite. Actualmente, el uso de ASAT “ocupa una zona gris” en lo que respecta al control internacional de armas, asegura Talia M. Blatt de la Universidad de Harvard.