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La Mona Lisa no te sigue con los ojos, es uno de los mitos más extendidos de la historia del arte

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Se conoce como “efecto Mona Lisa” a la percepción de que un cuadro te sigue con la mirada cuando te mueves frente a él. Bien... resulta que la Mona Lisa no cuenta con dicho efecto.

Millones de personas han pasado por delante de la pintura más famosa de DaVinci convencidas de que la Gioconda les devolvía la mirada, pero no estaban prestando suficiente atención. Dos investigadores del CITEC (Cluster of Excellence Cognitive Interaction Technology), en la universidad alemana de Bielefeld, acaban de demostrar que, si bien existe, el efecto Mona Lisa no se produce en el cuadro que le dio nombre.

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Sebastian Loth y Gernot Horstmann estudiaban la mirada direccional como uno de los aspectos clave en la interacción entre humanos y robots cuando introdujeron el efecto Mona Lisa en su trabajo. Pero algo los distrajo: se dieron cuenta de que la Mona Lisa no los estaba mirando realmente y decidieron investigar si la creencia popular era solo eso, una creencia popular.

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La pareja reunió a 24 participantes y los colocó directamente frente a la pantalla de un ordenador. En la pantalla pusieron una foto del cuadro y entre el ordenador y cada participante colocaron una regla de dos metros en perpendicular. En lugar de preguntarles si creían que la Mona Lisa los estaba mirando, les preguntaron hacia qué punto de la regla se dirigía su mirada.

El experimento se repitió 2000 veces inclinando ligeramente el cuadro hacia la izquierda o hacia la derecha, haciendo zoom sobre la cara de la Gioconda o usando diferentes reglas de diferentes tamaños y a diferentes distancias.

Según un artículo publicado en i-Perception, la mayoría de los participantes percibieron que el ángulo de la mirada de Mona Lisa estaba desviado hacia la derecha en un ángulo promedio de 15,4°, sin importar las condiciones de la prueba. ¿El problema? Las personas solo se sienten observadas cuando el ángulo de los ojos no supera los 10º, por lo que la Mona Lisa no pasaría la prueba del efecto Mona Lisa.

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“La gente es muy buena para evaluar si otros los están observando o no. La psicología de la percepción lo demostró en la década de 1960”, explicó Horstmann. “Curiosamente, no tenemos que pararnos justo delante de una imagen para tener la impresión de ser observados”, añadió Loth. “La sensación persistente de ser observado es lo que se conoce como efecto Mona Lisa. El efecto en sí es innegable y demostrable, pero con la Mona Lisa, de todas las pinturas, no tenemos esa impresión”.