
El último estudio teórico que trata de responder a la gran pregunta que plantea la paradoja de Fermi nos trae dos noticias. La buena es que ya sabemos cuál es el mejor lugar de nuestra galaxia para buscar civilizaciones extraterrestres. La mala es que vivimos en la otra punta de esa región.
El estudio ha sido publicado en la revista de la Sociedad Americana de Astronomía y tiene un cuenta un factor a menudo pasado por alto a la hora de buscar inteligencia extraterrestre: el movimiento de las estrellas. ¿Su conclusión? Si hay civilizaciones extraterrestres en nuestra propia galaxia, el mejor lugar para encontrarlas es en la región más cercana al núcleo de la Vía Láctea. Es una buena noticia porque eso reduce mucho la porción de la galaxia a examinar y además no es la primera vez que los astrónomos apuntan a esta región que a menudo se pasa por alto. La noticia no tan buena es que vivimos en el extrarradio de la civilización, por así decirlo. Nuestro sistema Solar está situado en la cara interior del brazo de orión. O sea, casi en el extremo de uno de los brazos en espiral de nuestra galaxia, a unos 27.000 años luz del centro.
¿Qué es lo que hace al astrónomo Jason T. Wright y a sus colegas pensar que el centro de la Galaxia es el mejor lugar para buscar vida inteligente? Pues esta simulación. Los puntos blancos son sistemas solares, y los puntos magenta de mayor tamaño son los sistemas solares colonizados por una civilización dada que partiera de un punto cualquiera de la galaxia.
Lo que la simulación sugiere es que el ratio de expansión estelar de una una hipotética civivilización de Tipo III en la escala de Kardashev es más rápido cuando se mueve hacia el centro de la galaxia y la razón es que el movimiento de las estrellas favorece los viajes espaciales hacia el centro. Es, por así decirlo, más eficiente desde el punto de vista de los viajes espaciales.
De hecho la simulación se basa en una civilización cuyos motores son tan lentos como los nuestros, lo que supone que los viajes se pueden extender durante miles de años y las colonias resultantes tienen que durar millones. Es un escenario bastante optimista teniendo en cuenta que nuestra propia civilización apenas tiene un par de miles de años y ya estamos a punto de cargarnos el único planeta habitable que conocemos, pero al menos sirve para ilustrar el punto del estudio. Es más eficiente y rápido colonizar la galaxia hacia dentro que hacia afuera. Si vas a colonizar otros sistemas solares, es probable que quieras tardar lo menos posible en hacerlo, y eso se traduce en que el anillo exterior de la galaxia sería territorio prácticamente inexplorado para una hipotética civilización extraterrestre incluso aunque cuenten con los medios para viajar más rápido.
El centro de la galaxia no es el único lugar donde el movimiento de las estrellas favorece la expansión de vida inteligente. Los investigadores añaden que los clústeres globulares que orbitan nuestra galaxia son otro buen lugar para buscar. Estas formaciones de estrellas son mucho más densas, y saltar de un sistema solar habitable a otro sería, en teoría, más fácil. Además, los clústeres globulares disfrutan de un fenómeno llamado segregación espacial que hace que las estrellas más grandes (y por tanto menos aptas para albergar vida) tiendan a salir del cúmulo.
Otros estudios como el de los astrónomos Di Stefanmo y Ray apuntan también a estos clústeres globulares como cunas ideales para una civilización galáctica y hasta establecen una especie de zona habitable del clúster. Si aplicamos esos mismos cálculos a la Vía Láctrea encontramos que, de haber otras civilizaciones viviendo en los brazos como nosotros, estas estarán a una distancia mínima de 300 años luz. [Sociedad Americana de Astronomía vía Science Alert]