Si tuviéramos que elegir a una persona real que se pareciera, aunque sea mínimamente, al personaje interpretado por Robert Downey Jr en el MCU, posiblemente muchos pensarían en Elon Musk. De hecho, el actor tuvo tan claro que Stark era Musk hoy, que un día decidió llamarlo para dar forma a Iron Man.
Los orígenes del personaje creado por Stan Lee se remontan a la década de 1960, cuando el prolífico escritor irrumpió en la industria del cómic revolucionando y creando el concepto de superhéroes a partir de personas comunes con problemas cotidianos.
Sobre el inicio de esta revolución escribía Roy Thomas en The Stan Lee Story, donde el propio padre de los superhéroes de Marvel ofrecía pistas del comienzo de todo:
En realidad yo ya llevaba mucho tiempo en el negocio antes de los 60, así que en ese punto estaba listo para renunciar porque no me gustaba lo que estábamos haciendo. No me gustaban las historias que escribía porque mi jefe, el editor entonces, me decía: ‘Stan, solo dame mucha acción y escenas de peleas, eso es todo lo que los lectores quieren’. Recuerdo que yo le contesté: ¿Qué tal si nos concentramos en la historia?’ Y me replicó: ‘Olvida la historia, pon muchas escenas de lucha en cada página’.
Lo cierto es que también quería que me pagaran, así que hice lo que me dijeron. Sin embargo, pasado un tiempo, me cansé y le dije a mi esposa: ‘Voy a renunciar’ Ella me dijo las palabras más sabias que recuerde desde los Diez Mandamientos. Me dijo: “¿Por qué no escribes una en la forma en que quieres escribirla? Vas a renunciar de todos modos, así que si te despide, ¿a quién le importa? Hazlo. Y fue ahí fue cuando lo hicimos ... así nacieron Los Cuatro Fantásticos.
Irónicamente, los primeros superhéroes que Lee forjaría como suyos propios son los únicos que actualmente siguen sin arrancar y dar lustre de las viñetas a la pantalla. Al menos no con cierta dignidad.
No así con el personaje central del MCU.
Iron Man nació para el gran público en el número 39 de Tales Of Suspense en 1963. Lee basó al multimillonario Tony Stark en el también multimillonario Howard Hughes, y lo hijo junto a su hermano, el escritor Larry Lieber, y los artistas Don Heck y Jack Kirby.
En aquella primera aparición Iron Man se nos presentaba luchando contra las fuerzas norvietnamitas. Como contaba el propio Lee:
Creo que me di un reto. Fue el apogeo de la Guerra Fría. Los lectores, o mejor dicho los lectores jóvenes, si había algo que odiaban, era la guerra, el ejército. Así que creamos un héroe que lo representaba hasta el centésimo grado. Era un fabricante de armas, proporcionaba armas para el ejército, era rico, era industrial. Pensé que sería divertido tomar el tipo de personaje que a nadie le gustaría, a ninguno de nuestros lectores al menos, y empujarlo hasta hacer que a todos les gustara ... Y se hizo muy popular.
Es posible que precisamente eso sea lo que trascienda del personaje de Stark hasta nuestros días. Un genio, un millonario, un playboy, un filántropo… Lee definía por primera vez al hombre dentro del traje como una desviación de la norma, una anomalía de la que siempre se sintió muy orgulloso.
En los años posteriores a su debut, Iron Man luchó contra la tiranía del comunismo, el crimen corporativo, el terrorismo e incluso el alcoholismo, aunque en aquel entonces siempre como un héroe de Marvel de “segundo nivel”, a pesar de ser un personaje popular entre los lectores.
Sin embargo, hubo un punto de inflexión varias décadas después. Ocurrió en la serie crossover Civil War de 2006, donde los escritores de Marvel volvieron a exhibir las cualidades intrigantes y un tanto abusivas de Tony. Entonces la veneración del personaje tuvo un gran impacto entre los fans.
Dos años después, tras la memorable representación de Robert Downey Jr. como Tony Stark en el MCU, el personaje se convirtió en un icono. Y entre el estreno de la película y el lanzamiento del cómic de Civil War, se dio una búsqueda de actor y director por encontrar al personaje real de la misma forma que Stan Lee había hecho con Howard Hughes.
Elon Musk antes de Tony Stark
Una de las pocas personas que han podido profundizar sobre el hombre que hay detrás de la figura de Elon Musk es el escritor Ashlee Vance, quién lanzó en mayo de 2015 el libro Elon Musk: How the Billionaire CEO of SpaceX and Tesla is Shaping our Future, lo más parecido a una biografía.
El libro es un estupendo recorrido por la vida y obra de Musk a través de un gran número de entrevistas personales con el CEO de Tesla, junto a muchas otras de sus personas más cercanas.
Vance, por ejemplo, radiografía al Musk empresario desde sus orígenes en Sudáfrica, cuando con la edad temprana de 10 años tomó una decisión que iba a cambiar para siempre su vida. El pequeño Elon ahorró hasta que pudo comprarse su propio ordenador. A partir de entonces comenzó una carrera fulgurante, más propia de un pequeño genio.
Elon Musk aprendió a programar por su cuenta, con 12 años desarrolló su propio juego bajo el título de Blastar (que logró vender a una revista de ordenadores por la nada desdeñable cifra de 500 euros). Fue entonces cuando apareció por primera vez el hombre que olía el negocio. Con el dinero de la revista comenzó una sala de juegos (una que por la corta edad que tenía tuvo que dejar al no obtener la licencia).
No contento con aquella primera aventura “empresarial”, el pequeño Elon comenzó un negocio de venta de chocolate casero que dirigió durante un tiempo vendiéndolo a sus compañeros de clase.
Un dato para hacernos una idea: cuando Elon se graduó, todas las “pequeñas empresas” creadas hasta entonces (junto a una temprana inversión en el mercado de valores) ya le habían reportado un patrimonio neto de varios miles de dólares.
Con ese bagaje obtuvo una licenciatura en física y otra en economía, y decidió obtener un doctorado en física y ciencias. Luego llegó Internet y lo cambiaría todo. Musk, como muchos de los estudiantes que se sintieron atraídos con la primera burbuja de las .com, se sintió intrigado con el potencial de la red y decidió que había una ventana abierta para invertir en ideas de todo tipo.
Abandonó el doctorado y comenzó Zip2, una especie de portal y directorio de publicación de contenido online. Lo cierto es que Musk originalmente tenía planes mucho más grandes para el portal, algo más del tipo Yahoo, aunque finalmente varios encontronazos con los accionistas de la compañía le impidieron implementar dichos planes.
Sea como fuere, cuatro años después de su fundación, Zip2 se vendió por 340 millones de dólares a AltaVista (de Compaq). ¿Cuánto ganó Musk? Elon tenía derecho a alrededor de 22 millones de dólares tras la venta.
Cuando la mayoría de los mortales ganan 22 millones de dólares normalmente comienzan a pensar dónde se van a retirar el resto de la vida. Pero Musk obviamente no pensaba así. En lugar de sentarse a contar el dinero en una isla paradisíaca se involucró en la cofundación de una compañía llamada x.com.
Probablemente así no te suena a mucho, o quizás sí, pero si te digo que esa empresa luego se convertiría en Paypal ya es otra cosa. Ocurrió cuando se fusionó con Confinity, y tres años más tarde, eBay adquirió Paypal por la “irrisoria” cifra de 1.5 mil millones de dólares. ¿Cuánto le tocaba a Elon? Esta vez tenía derecho a alrededor de 176 millones de dólares (como el mayor accionista de Paypal).
Si con 22 millones de dólares te dedicas a pensar en la isla donde pasarás el resto de tu vida, con 176 millones quizás comiences a tener sueños más locos. Igual piensas que en el futuro podrías viajar al espacio, y algo de eso pensó Musk.
Elon volvió a apostar a lo grande y con el dinero de Paypal fundó Space Exploration Technologies (SpaceX), la misma que hoy conocemos como la primera entidad no gubernamental en utilizar con éxito un cohete de combustible líquido para poner un satélite en órbita, o la misma que ha logrado reducir los costes de lanzamiento revolucionando la industria y diseñando un nuevo tipo de cohete más o menos desde cero.
Y cuando ya tienes cohetes para ir al espacio te puedes permitir el lujo de apostar por una industria en pañales que le tenía que hacer frente a la todopoderosa “vieja guardia”. Musk cofunda Tesla Motors para revolucionar los autos eléctricos, y el resto es historia que todavía se está escribiendo.
Por el camino, el empresario también ha tenido otras “novias”, por ejemplo, ayudando a fundar Solar City, que ahora es el mayor proveedor de sistemas solares en Estados Unidos, ayudando a diseñar sistemas para empresas y uso doméstico, o brindando servicios de financiación e instalación.
Así que con todo este currículum, casi parece una temeridad que cuando el director Jon Favreau y Downey Jr. se sentaron para discutir cómo hacer al personaje de Tony Stark en la primera película de Iron Man, en algún momento de la conversación no saliera el nombre de Elon Musk.
Iron Musk
Desde al menos el mes de abril de 1990 se sabe que los estudios estuvieron rifándose los derechos para desarrollar Iron Man en la gran pantalla. 20th Century Fox y New Line Cinema estuvieron a punto de conseguirlo, y para el personaje de Tony Stark salieron nombres como Nicolas Cage o Tom Cruise, e incluso se dice que Fox llegó a hablar con Quentin Tarantino para que la rodara.
Sea como fuere, New Line Cinema, la última en poseer los derechos, acabó devolviéndolos a Marvel, y en noviembre de 2005, Marvel Studios comenzó el desarrollo desde cero. En abril de 2006 los estudios anunciaron la contratación de Jon Favreau para dirigirla.
Favreau quería hacer de Iron Man la historia de un hombre adulto que se reinventa literalmente después de descubrir que el mundo es mucho más complejo de lo que originalmente creía.
También cambió el origen del personaje, de la Guerra de Vietnam a Afganistán, ya que no quería “hacer una pieza de época”. Art Marcum y Matt Holloway fueron contratados para escribir el guión, mientras que Mark Fergus y Hawk Ostby escribieron otra versión, con Favreau recopilando los guiones de ambos equipos y John August “puliendo” la versión combinada.
Finalmente, en septiembre de 2006 se anuncia a Robert Downey Jr para interpretar el papel protagonista. Favreau eligió a Downey, un gran fan del cómic, porque sintió que el pasado problemático del actor lo convirtió en una elección apropiada para el papel, explicando que “los mejores y peores momentos de la vida de Robert han estado en el ojo público. Tenía que encontrar un equilibrio interno para superar los obstáculos que fueron mucho más allá de su carrera. Ese es Tony Stark”.
Sin embargo, a Downey no le convencía eso de interpretarse así mismo, había que buscar a alguien que realmente pudiera ser una fuente de inspiración y referente para el personaje. Favreau y el actor se sentaron para discutir cómo hacer un personaje de Tony Stark realmente creíble con el que la audiencia pudiera conectarse. Fue en una de esas reuniones cuando Downey Jr sugirió que la mejor manera de hacerlo era ir a sentarse con un tipo del que había oído hablar: Elon Musk, “una especie de Tony Stark de la vida real”, le dijo al director.
A comienzos del año 2007 Favreau había alquilado un complejo en una zona de Los Ángeles. Casualmente (o quizá no tanto), el mismo había pertenecido a la empresa contratista aeroespacial y de defensa creada por HoWard Hughes hacía varias décadas: Hughes Aircraft.
Se trataba de un complejo algo decrépito por el paso del tiempo, unas instalaciones con hangares intercomunicados que finalmente se convirtieron en las oficinas de producción para el film de Marvel Studios. Por supuesto, la elección no era baladí. Al propio Downey le sirvió de inspiración para construir a Stark de la misma manera que el hombre que había levantado aquellas paredes, Hughes, lo hizo para Lee en las viñetas.
Pero seguía faltando el encuentro que tanto deseaba el actor. En aquellas fechas era público que Elon Musk contaba con un complejo industrial similar para SpaceX. Además, las instalaciones de Elon no estaban muy lejos de las de la producción, a no más de 15 kilómetros de distancia.
Para el mes de marzo de 2007 todo estaba dispuesto. Downey había conseguido una cita en “casa” del tipo más ocupado del planeta y pudo acudir a la sede de SpaceX en El Segundo. Nada más conocerse, Musk se ofreció a servirle de guía por el recinto. Es posible que nunca se hubiera sentido tan valorado, sabiendo que la mismísima Hollywood estaba inspirándose, aunque sea vagamente, en sus aventuras empresariales y vida.
Como diría Downey, “lo cierto es que no soy alguien que se sorprenda fácilmente, pero aquel lugar y aquel hombre eran increíbles”. De hecho, las instalaciones le parecieron todo lo que había pensado antes de acudir a la cita y un poco más. Un espacio con cientos de máquinas, “cada cual más grande que la siguiente”, según el actor, con jóvenes ingenieros entusiastas de un lado a otro, compartiendo con obreros de la línea de montaje, “parecía una joven empresa capaz de cosas increíbles”, contaba Downey, y además los decorados parecían réplicas de lo que estaba viendo, “todo parecía como tenía que ser”.
Pero además de pasear y admirar la sede de SpaceX, el actor también buscaba conocer un poco más al personaje de Elon Musk. Tras la visita, ambos habían acordado un almuerzo en el despacho del propio Musk. Según Robert Downey Jr:
Me dio la sensación de que aquel hombre tenía excentricidades accesibles, que era un tipo sin pretensiones, capaz de trabajar codo con codo con sus empleados. Tanto Musk como Stark era la clase de hombres que vivían consagrados a la realización de una idea, y no tenían ni un momento que perder.
Cuando el actor volvió al set de rodaje, le pidió al director que en el universo de Stark debía haber algo tangible que lo vinculase a Musk. Tony STark debía tener un Tesla Roadster en el taller.
Sobre esta anécdota, Ashlee Vance contaba en su libro que, “a un nivel superficial, aquello simbolizaba el hecho de que Stark era un tipo sensacional e influyente que podía conseguir un Roadster incluso antes de que saliera a la venta”.
Para Downey Jr:
Después de conocer a Elon y de ponerle cara, era como si notara su presencia en el taller de Tony Strak. Se hicieron contemporáneos. Elon era alguien con quien Tony probablemente se iba de marcha, o mejor, con quien se internaba en la selva para ingerir brebajes con los chamanes.
Tras el encuentro, tanto el actor como el director decidieron basar partes del personaje de Stark en Musk. Para Elon, por su parte, cuando los medios se hicieron eco de la historia supuso un cambio como figura pública, de simple hombre de negocios a empresario excéntrico que había levantado SpaceX y Tesla e inspirado al mismísimo Tony Stark. Como dijo Favreau:
Elon Musk no tiene sentido, y esa es la razón por la que lo conozco. Cuando estaba tratando de llevar el personaje del genio multimillonario Tony Stark a la pantalla grande en Iron Man, no tenía idea de cómo hacerlo parecer real. Robert Downey Jr. me lo sugirió: “Necesitamos sentarnos con Elon Musk” ... Downey tenía razón. Elon es un modelo de entusiasmo, buen humor y curiosidad: un hombre renacentista en una era que los necesita.
Lo único que no estuvo acorde en toda esta historia a tres bandas Downey-Musk-Stark fue el sueldo del actor que debía interpretar a un multimillonario (basándose a su vez en Musk): 500.000 dólares para una estrella de Hollywood.
Claro que las siguientes películas del MCU convirtieron al actor en una de las estrellas mejores pagadas de la historia. Ahora sí, la cuadratura con Musk y Stark fue más real que nunca. [Elon Musk: How the Billionaire CEO of SpaceX and Tesla is Shaping our Future, The Stan Lee Story, Spectrum, Wikipedia, Syfy, ABC]