A partir de este jueves, los usuarios de Chrome empezarán a ver menos anuncios al navegar por Internet. Podría parecer un movimiento extraño tratándose de una compañía que vive de vender espacios de publicidad, pero Google ha implementado su propio adblocker y tiene mucho sentido.
Esta es la situación: entre un 20 y un 40% de los usuarios de Internet han instalado un bloqueador de publicidad en sus teléfonos y ordenadores. Son cifras aterradoras para las empresas que basan sus modelos de negocio en la publicidad online, pero es una situación que provocaron ellas mismas. Al fin y al cabo, la publicidad en Internet es cada vez más agresiva, y las personas que han acabado bloqueándola lo han hecho porque estaban cansadas de las cuentas atrás, los pop-ups que tapan toda la pantalla y los videos de reproducción automática que vienen con sonido activado.
Sin embargo, no todos los anuncios son molestos. De hecho, existe una coalición de empresas —Coalition for Better Ads— que ha definido unos estándares para distinguir entre buenos y malos anuncios. Lo ideal sería que todos los sitios web y plataformas de anuncios del mundo siguieran estos estándares, pero eso no va a ocurrir. Otra opción sería que los adblockers vinieran con excepciones para este tipo de publicidad aceptable, como hace Adblock Plus, pero a empresas como Google, Facebook y Microsoft (que forman parte de Coalition for Better Ads) no les gusta nada que un tercero controle lo que los usuarios ven y dejan de ver.
Por eso tiene tanto sentido que Google cree su propio bloqueador de publicidad basado en los estándares de Better Ads. Por eso, y porque casi todas las páginas web que visitamos viven de la publicidad: Google necesita hacer algo para salvar la web tal y como la conocemos. Aquí es donde entra en juego la última versión de Chrome, el navegador más usado del mundo.
Cómo funciona
El bloqueador de publicidad de Google vendrá preinstalado en Chrome, tanto en su versión de escritorio como su versión móvil. Pero no funcionará como crees. Para empezar, solo afecatará a aquellos anuncios que no cumplan con los requisitos del programa Better Ads Experience, definidos por la coalición de la que forman parte Google, Facebook, Microsoft y otros implicados como la empresa de medios News Corp. En total, se enumeran 12 tipos de anuncios indeseables que vienen agrupados en dos experiencias:
Escritorio.
Y móvil.
Se bloquearán, por ejemplo, los anuncios que ocupan más de un 30% de la pantalla del teléfono, los videos de reproducción automática con sonido, los anuncios emergentes, los anuncios que se abren antes de cargar la página que quieres ver, los grandes anuncios que te siguen cuando haces scroll y los anuncios animados que parpadean para llamar tu atención.
Según explica Google en el blog de Chrome, esta selección fue confeccionada tras encuestar a más de 40.000 usuarios de Internet en Norteamérica y Europa. Los participantes vieron algunas de las experiencias publicitarias más comunes y tuvieron que evaluar cuán intrusivos eran los anuncios. El resultado es lo que se ve arriba.
Ahora bien, la publicidad no se bloqueará por defecto cada vez que entres a una web con anuncios molestos. Lo que hará Google será tomar varias muestras de un dominio específico y analizar si esa web está publicando anuncios de las categorías ya mencionadas. A continuación, el sitio recibirá una puntuación. Los sitios que no logren un aprobado serán notificados para revisar sus prácticas publicitarias; si alguno ignora las advertencias, sus anuncios se bloquearán de forma predeterminada pasados 30 días.
A partir de ese momento, si visitas una web que ha caído en la lista negra de Chrome, verás un mensaje en la barra de direcciones o en la parte baja del teléfono que te avisará de que los anuncios de esa página han sido bloqueados (y te dará la opción de permitirlos para siempre). Quizá el sistema peque de ser demasiado cortés con las páginas que muestran anuncios molestos, pero Google dice que funciona: en sus pruebas iniciales, “el 42% de los sitios que no cumplían con los estándares de Better Ads resolvieron sus problemas y terminaron recibiendo un aprobado”.
Es una buena noticia para los usuarios que estamos cansados de que nos bombardeen con publicidad intrusiva, y un enfoque inteligente que acabará cambiado para siempre la forma en la que navegamos, aunque no seamos usuarios de Chrome. Gracias a la influencia de Google, muchas plataformas de publicidad y administradores de páginas web se verán obligados a cambiar sus espacios publicitarios en base a los requisitos de Better Ads.
Pero quedarse con la noción de que esto se hace así por el bien del usuario sería ingenuo. Google es la primera beneficiada con el movimiento: la empresa controla el 42,2% del mercado publicitario digital y el 75,8% del mercado publicitario de los buscadores en Estados Unidos. Dejar que las cifras de instalación de los bloqueadores de anuncios sigan creciendo sin ofrecer una alternativa sólida al usuario sería un suicidio.