Si la inteligencia artificial está entrando en todos los ámbitos de la vida, en una corte no iba a ser menos. Por eso, y tras un primer caso en el que una IA ayudó a argumentar a un abogado, el juez federal de Texas, Brantley Starr, está tomando medidas para garantizar que no se repita en su sala del tribunal.
Como decíamos, la decisión del juez parte de lo ocurrido la semana pasada, cuando el abogado Steven Schwartz permitió a ChatGPT “complementar” su investigación legal en una presentación federal reciente, brindándole seis casos y precedentes relevantes. El resultado fue un desastre de argumentación, tras la cual, el propio Schwartz pidió disculpas por haberlo hecho.
Ahora, y en caso de que otros abogados quieran seguir el camino de Schwartz, Starr ha agregado el requisito para que cualquier abogado que comparezca en su tribunal deba atestiguar que “ninguna parte de la presentación fue redactada por inteligencia artificial generativa”, o si lo fue, que sea verificada “por un ser humano”. Un requisito que se ha denominado como “Certificación obligatoria sobre inteligencia artificial generativa”. Según ha redactado el juez:
Todos los abogados que comparecen ante el Tribunal deben presentar en el expediente un certificado que acredite que ninguna parte de la presentación fue redactada por inteligencia artificial generativa (como ChatGPT, Harvey.AI o Google Bard) o que cualquier lenguaje redactado por inteligencia artificial generativa fue Verificado por exactitud, utilizando reporteros impresos o bases de datos legales tradicionales, por un ser humano.
Para ello, se adjuntará un formulario que deberán firmar los abogados. Una iniciativa que, si bien se produce en una zona, el Distrito Norte de Texas, donde los jueces tienen la oportunidad de establecer reglas específicas para su sala de audiencias, no sería de extrañar que otros tomaran la regla como propia.