
Miles de bautismos realizados por un mismo sacerdote en Arizona se dan ahora por invalidados.
El padre Andrés Arango sirvió durante dieciséis años en tres parroquias distintas del área metropolitana de Phoenix. Cuando ofrecía el sacramento del bautismo, lo hacía con una fórmula que el Vaticano ha declarado inválida.
Según AP News, Arango decía: “Nosotros te bautizamos en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Lo correcto habría sido decir: “Yo te bautizo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
El cambio es sutil, pero el papa Francisco aprobó un ‘responsum’ sobre esta cuestión en 2020 que deja clara la postura de la Santa Sede. No valen fórmulas en plural como: “En nombre de tu padre y tu madre, de tu padrino y tu madrina, de tus abuelos, de tus familiares y amigos... nosotros te bautizamos”. Si se bautiza de esa forma, hay que volver a bautizar usando la fórmula adecuada.
¿Por qué? De acuerdo con el Sacrosanctum Concilium, una de las constituciones de la Iglesia, “cuando uno bautiza es Cristo mismo quien bautiza”, de manera que “alterar la fórmula sacramental significa no comprender la naturaleza misma del ministerio”. O eso dice la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano de la Santa Sede que custodia la correcta doctrina católica en la Iglesia.
Andrés Arango vistió la sotana en Phoenix desde septiembre de 2005 hasta su renuncia el 1 de febrero de 2022. Antes estuvo en San Diego. La diócesis de Phoenix está tratando de discernir a cuántas personas bautizó, y ha creado un formulario en su web para los fieles que crean estar afectados. La diócesis de San Diego dijo a las personas que creen que Arango pudo haberlas bautizado que hablaran con su párroco, verificaran su certificado de bautismo y se bautizaran nuevamente si temen que el suyo no sea válido
Sacerdotes como Arango usan el plural “nosotros” para que el bautismo parezca un asunto comunitario entre los padres, los padrinos y la comunidad que da la bienvenida a un nuevo miembro de la Iglesia. Pero con el Vaticano en contra, en realidad están metiendo en un problema al bautizado.
En 2020, el sacerdote Matthew Hood descubrió, viendo un vídeo de su bautismo, que el diácono que lo había bautizado usó las palabras incorrectas, por lo que su certificado de bautismo y, en consecuencia, su ordenación sacerdotal de 2017, eran inválidas. Hood fue bautizado nuevamente y ordenado sacerdote por segunda vez.