
La Comisión Europea acaba de proponer un borrador para una nueva regulación que puede poner las cosas complicadas a los fabricantes de móviles. El texto de la nueva normativa propone que todos los móviles tengan al menos tres años de actualizaciones del sistema operativo y cinco años de parches de seguridad.
Ahora mismo, las actualizaciones en Android son un sálvese quien pueda en el que el comprador de un móvil depende un poco de la política del fabricante y a veces del modelo concreto de móvil. Normalmente los teléfonos se actualizan a la siguiente versión de Android, pero es raro que lleguen a actualizarse dos versiones, y mucho menos tres. Ahora mismo solo el Pixel 6 cumple esa promesa, pero no siempre ha sido así. Los anteriores terminales de Google solo tenían tres años de actualizaciones (de SO o de seguridad). Otros fabricantes como Samsung ofrecen cuatro años de actualizaciones importantes y cinco de seguridad, pero ese plan no es consistente en todo su catálogo, y a menudo hay modelos que se quedan fuera. Eso por no mencionar que las actualizaciones suelen referirse a la interfaz de capa, no a la versión de Android que hay por debajo.
Los requerimientos a nivel de actualizaciones no son ni de lejos los más problemáticos para los fabricantes. El texto de la propuesta baraja la idea de que los fabricantes de móviles tengan piezas disponibles para que los servicios técnicos puedan repararlos durante al menos cinco años desde que el móvil sale a la venta.
Peor aún es el tema baterías. La UE quiere que los móviles retengan al menos el 83% de su capacidad de carga tras 500 ciclos y el 80% tras mil ciclos de carga. Nadie en el mercado cumple esto ahora mismo. Apple se le acerca ofreciendo un 80% de carga tras 500 ciclos. OnePlus asegura que el OnePlus 10T retiene el 80% de su capacidad de carga tras 1.600 ciclos, pero esto no es extensivo al resto de su catálogo.
Aún es pronto para saber cuántos de estos requisitos llegará al texto final de la normativa. El plazo de estudio durará hasta el 28 de septiembre de este año y podríamos ver una ley aprobada en el primer trimestre de 2023. A partir de ese momento los fabricantes tendrían un año para adaptarse a la nueva regulación. El objetivo de la nueva propuesta es lograr que los móviles duren más y así reducir la producción de basura electrónica. [UE vía Ars Technica]