Pasan los años y los móviles de gama alta son cada vez más parecidos, como si la tecnología y la abundancia de características técnicas hubiera reemplazado la frescura de los primeros diseños. Puede que el Galaxy S8 no sea un derroche de originalidad en su apariencia, pero es el mejor móvil que he tenido entre mis manos.
Cuando digo que no es un derroche de originalidad me refiero a que básicamente estamos ante un salto evolutivo del diseño del Galaxy Edge 7 y su pantalla curva. Eso no quita que sea precioso y que al tacto uno sienta que tiene algo valioso y especial. De hecho, esa fue la primera sensación que me vino a la cabeza cuando lo tuve entre mis manos, la de un móvil excelso cuyo agarre se siente bien y no produce sensación alguna de que se nos vaya a resbalar.
Quizás, y se trata de un gusto personal, las 5,8 pulgadas del S8 es el tamaño perfecto para mis manos, con él me sentí algo más cómodo que con la pantalla de 6,2 pulgadas del S8+. Supongo que es el eterno dilema entre elegir una gran pantalla o un dispositivo más manejable. En cualquier caso, lo que si puedo asegurar es que la ausencia del botón frontal para aumentar el espacio de la pantalla es todo un acierto. Ojalá todos los móviles comiencen a seguir estas líneas de diseño, como ya hizo LG con el LG G6 o como se rumorea que hará Apple con el iPhone 8 de pantalla OLED.
Vamos a lo serio. Si algo me gustó sobremanera en ambos terminales fue la cámara (o mejor dicho las cámaras). No es una novedad que el nuevo buque insignia de Samsung incorpore una pequeña bestia para la fotografía, pero doy fe de que han mejorado a la del S7. Y ya era difícil.
En el espacio donde nos encontrábamos (interior y luminosidad normal tirando a baja en muchos puntos) pude comprobar que Samsung ha vuelto centrarse en lo importante, obviando el tema de los megapixeles (de hecho tiene los mismos que el S7) y potenciando el rendimiento de la cámara en espacios con poca luz. A falta de probar en otros ambientes, la sensación que me quedó es que esos 12 MP con estabilizador óptico de la lente principal junto a la apertura f/1.7 conforman, probablemente y sin la posibilidad de hacer ninguna prueba avanzada, una de las mejores cámaras móviles del mercado.
Un dato que le gustará saber a los amantes de la fotografía es que incluso en interior, la velocidad de obturación resultó bastante rápida. Quizás y por ponerle un pero a las pruebas que pude hacer, en espacios muy oscuros no ofrecía colores naturales.
Por cierto, la cámara delantera sí que ha sufrido grandes progresos respecto al S7, los selfies podrán hacerse a 8 Mpx y con el autoenfoque que (por fin) tiene.
Por último, no puedo dejar pasar tres ideas que han implementado en el nuevo S8 y que por razones obvias y debido al tiempo disponible, no pude analizar.
En primer lugar Bixby, el asistente de voz de Samsung que tratará de competir con el Siri de Apple. En una pequeña demostración que nos realizaron, Samsung aseguró que, sobre el papel, todas las aplicaciones que integren al asistente podrán ejecutarse con la voz.
En segundo lugar el nuevo sensor de huellas dactilar, ahora desplazado a la parte trasera del terminal. La sensación es “rara”, no puedo decir otra cosa. A falta de comprobar su rapidez diría que va a depender de lo “manazas” que sea cada uno para acostumbrarse a ello.
Por último, el S8 contará con reconocimiento de iris en la parte superior frontal del móvil. Se trata de una solución biométrica de Samsung (implementada anteriormente en el catastrófico Note 7) que tampoco pudimos probar a fondo pero que promete mucho.
He intentado no perderme en la maraña de datos y especificaciones de un móvil tan potente como el S8. Por si existían dudas, mis primeras impresiones sobre el terminal no pudieron ser más satisfactorias. Puede que gracias a uno de los peores fracasos de Samsung, el Note 7, haya nacido uno de sus mejores productos, el Galaxy S8.
El nuevo buque insignia de la compañía es una bestia muy elegante (gana muchos enteros en vivo), y posiblemente el mejor dispositivo móvil que he tenido jamás entre mis manos. Si no explota, tiene un camino fácil por delante.
Estas son sus especificaciones completas.