
Probablemente no vamos a descubrir la pólvora si decimos lo que pasa, y posiblemente el punto del vídeo que han lanzado desde el canal Garage 54 no sea realmente lo que sucede, sino la increíble rapidez con la que la destrucción se apodera del pobre neumático.
Porque si tenemos el freno de mano accionado en un vehículo y continuamos conduciendo lo lógico es que la llanta se deshilache y el neumático reviente en algún punto pero, ¿cuándo ocurrirá exactamente?
Para llevar a cabo la absurda prueba los chicos de Garage 54 utilizan un viejo Honda al que le realizan alguna modificación en la rueda trasera izquierda para garantizar que esta no gire durante el trayecto. Luego, con las cámaras colocadas estratégicamente dentro y fuera del automóvil seguimos el recorrido hasta la muerte del neumático.
Como vemos, no llega a un kilómetro de distancia antes de que el neumático se rompe. En cuanto a la llanta, el aluminio blando no tiene ninguna posibilidad contra el hormigón de la carretera. Aguanta unos kilómetros antes de que el cubo toque el suelo y llegue a su fin.
Por cierto, en la prueba utilizaron una goma de compuesto blando para el invierno, aunque es muy posible que incluso un compuesto más duro no hubiera aguantado mucho más. [Garage 54]