A este lado del mundo apenas nos hemos enterado, pero en las redes sociales de Japón ha corrido como la pólvora la foto que puede verse sobre estas líneas.
En la mañana del lunes, la roca volcánica que aparece en el centro de la imagen fue hallada como se ve en la foto, partida en dos. Conocida como Sessho-seki o “piedra asesina”, la legendaria roca se encontraba a en una de las laderas del monte Nasu, en la prefectura de Tochigi, cerca de Tokio, y era famosa por el demonio que, según la mitología japonesa, estaba encerrado en su interior.
“Vine sola a Sessho-seki, donde prevalece la leyenda del zorro de nueve colas”, escribió en un tuit la supuesta autora de la foto, Lily0727K.
“Debería haber una gran roca en el centro atada por una cuerda, pero la roca está partida por la mitad, y la cuerda está suelta. Si esto fuera un manga, sería una señal de que el sello que poseía al zorro de nueve colas se ha roto”, añadió. “Siento que he visto algo que no debería verse”.
Sessho-seki se conoce como “piedra asesina” porque, de acuerdo con la tradición, matará a cualquiera que se atreva a entrar en contacto con ella. Y es que, según The Guardian, muchos japoneses creen que Sessho-seki es en realidad el cadáver transformado de Tamamo-no-Mae, una hermosa mujer que formó parte del complot de un señor feudal para matar al emperador Toba, quien reinó en Japón desde 1107 hasta 1123.
La leyenda se complica cuando, según las escrituras del Otogi-zōshi, el famoso guerrero Miura-no-suke descubrió que Tamamo-no-Mae era en realidad una falsa identidad del malvado zorro de nueve colas. Por suerte, Miura-no-suke acabó matando al zorro y este se transformó en Sessho-seki, la piedra asesina.
Aquí la leyenda se bifurca. Algunos creen que la piedra fue destruida y que su espíritu fue exorcizado por un monje budista que dispersó sus partes por todo Japón. Otros prefirieron creer que su hogar estaba en las laderas del monte Nasu, en una región conocida por sus termas de aguas sulfurosas.
Estos últimos están ahora un poco asustados. La roca, que se convirtió en una atracción turistica en 1957, se ha partido en dos.

Aunque algunos creen que el espíritu demoníaco de Tamamo-no-Mae ha regresado al mundo mil años después, otros ofrecen una explicación más prosaica. Al parecer, habían aparecido grietas en la roca por efecto de la erosión. Con las últimas lluvias, las filtraciones de agua posiblemente acabaron por debilitar su estructura interna, acelerando el fatal desenlace.
Con demonio o sin él, Sessho-seki era un símbolo del lugar. Y aunque aún no hay nada en claro, algunos funcionarios locales ya han propuesto restaurar la roca para que la afluencia de turistas no cese.