
Un avión de pasajeros se vio involucrado la pasada semana en un tiroteo momentos antes de su despegue desde el aeropuerto de Culiacán, en México. La aeronave coincidió en la pista con un avión militar que transportaba al líder del cártel de Sinaloa Ovidio Guzmán justo cuando fue asaltado por un contingente de miembros armados del cártel que trataban de liberar al hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Los pasajeros del avión tuvieron que arrojarse al suelo mientras los pilotos trataban de maniobrar la aeronave para esquivar el tiroteo y regresar a la puerta de embarque. No hubo que lamentar heridos entre los pasajeros o los miembros de la tripulación, pero los proyectiles disparados en el intercambio de disparos dañaron uno de los motores del avión y provocaron momentos de pánico en el interior del vuelo de pasajeros.
El aeropuerto suspendió todos los vuelos mientras los pasajeros que esperaban en las puertas de embarque eran trasladados a habitaciones sin ventanas lo más alejadas posibles de las pistas en las que los militares se enfrentaban a los asaltantes que portaban armas pesadas. El Convoy que asaltó el avión militar constaba de 25 vehículos, algunos de ellos equipados con ametralladoras de posición del calibre 50 según informa Associated Press. El ejército respondió llamando a varios helicópteros Blackhawk, pero los disparos de los miembros del cártel lograron abatir dos de ellos.
Los asaltantes no solo tirotearon el avión militar, sino que intentaron evitar que otros aviones despegaran bajo la creencia errónea de que Guzmán iba a ser trasladado fuera de la ciudad en avión. Para tratar de evitarlo asaltaron tres de los aeródromos de la ciudad. Según el comunicado de AP:
La banda envió hordas de asaltantas armados para que atacaran aviones tanto civiles como militares en el aeropuerto internacional. Uno de los aparatos recibió daños y los disparos llegaron a impactar en el edificio de la terminal para evitar que el líder arrestado del cártel fuera sacado de la ciudad. Anticipando la maniobra, Ovidio Guzmán fue trasladado a Ciudad de México a bordo de un helicóptero militar.

Las fuerzas militares frustraron los planes de los asaltantes, pero ello se tradujo en una oleada de incidentes violentos en toda la ciudad protagonizados por los demás hijos de El Chapo, conocidos como Los Chapitos. Varias calles tuvieron que cerrarse debido a los tiroteos y al incendio de vehículos. Los miembros del cártel hasta intentaron secuestrar a varios médicos del hospital para que trataran a sus heridos. En total se han reportado 29 muertes, 19 de ellas fueron miembros del cártel y 10 soldados mexicanos.
El Gobierno Federal recomendó a los habitantes de Culiacán que permanecieran en sus casas. La extradición de Ovidio Guzmán a una prisión de alta seguridad de los Estados Unidos aún no ha tenido lugar.

