El Corvette incluso va más allá, porque la función de elevación de la nariz también tiene una función de memoria basada en GPS, en la que el conductor puede almacenar hasta 1.000 ubicaciones y la nariz se levantará automáticamente sin que el conductor tenga que presionar el botón. Idealmente, deberías programarlo para recordar tu propia casa, la entrada al garaje de tu oficina, la de la tienda de comestibles, la oficina de tu abogado de divorcios y ese desagradable bache nuevo que acaba de aparecer en la calle por la que siempre circulas cerca de tu casa.

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¿Qué hacíamos antes de tener estos maravillosos sistemas de levantamiento de nariz? La respuesta es sencilla: frenar un poco para reducir la velocidad y acercarnos en ángulo, rezando para que lo primero que haga contacto sea la rueda y nuestros parachoques. También nos aprendemos de memoria todos los baches y reductores de velocidad en nuestras ciudades, y evitamos cuando podemos las carreteras en las que sabemos hay demasiados. Eramos cuidadosos y estábamos bien entrenados.

¡Pero no más! Ahora podemos entrenar a nuestros Corvettes para que salven sus propias narices.