
¿Recuerdas la estrella de Tabby? ¿Aquella cuyo brillo variaba de una forma tan extraña que muchos especulaban con la posibilidad de que estuviera por algún tipo de megaestructura alienígena? Pues no está sola. Un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica del MIT acaban de encontrar otra.
La nueva estrella en realidad son dos. Se llama EPIC 249706694, y es un sistema binario ubicado a 350 años luz. La estrella ha sido localizada estudiando los datos del telescopio espacial Kepler, el mismo que los astrónomos emplean para descubrir nuevos exoplanetas examinando precisamente los cambios de luminosidad en las estrellas.
Cuando algo pasa por delante de una estrella desde nuestra perspectiva, su brillo desciende. Si ese bajón en la luminosidad sucede cada cierto tiempo, lo normal es que el objeto causante sea un exoplaneta. Los astrofísicos son capaces de calcular cosas como la masa, distancia y período orbital de ese planeta examinando los cambios de brillo en cada una de sus frecuencias.
Al examinar a EPIC 249706694 durante 87 días, lo que descubrieron fue 28 descensos bruscos en la luminosidad, 26 de ellos de la misma intensidad, y dos más acusados. Los investigadores no descartaron la posibilidad de que sean exoplanetas. El problema es que los cambios en el brillo no muestran ninguna periodicidad. Son completamente aleatorios y, pese a todo, la curvatura de luz que ejercen es exactamente idéntica.

En otra palabras, que podrían ser varios planetas los que causan esa alteración en el brillo, pero eso significaría que todos esos planetas son exactamente iguales en tamaño y masa, lo que es una casualidad demasiado poco probable. Además si se tratara de planetas, asteroides o nubes de polvo, debería mostrar alguna periodicidad. Un disco de acreción en torno a la estrella tampoco puede explicar el fenómeno porque el sistema es demasiado viejo para eso y el patrón de tránsito coincide más con el de objetos grandes y de bordes definidos, no con el de una nube de pequeños asteroides o polvo.
Los astrónomos también han tenido en cuenta de que EPIC 249706694 es un sistema binario compuesto por dos estrellas y que ambas se mueven, pero ninguno de los modelos teóricos propuestos alcanzan más de cinco descensos en el brillo.
De momento, y como los propios investigadores explican en su estudio, no hay una explicación que encaje en los extraños cambios de brillo de EPIC 249706694. Son necesarias más observaciones para tratar de desentrañar este nuevo misterio cósmico. Por supuesto, una megaestructura alienígena como una esfera de Dyson o un propulsor Shkadov podrían explicar la cuestión, pero algo nos dice que no acabará siendo eso. [Oxford Academic vía Science Alert]