Ay Japón, bella y peculiar Japón. Este país es conocido por sus historias de monstruos como Godzilla, el anime, el sushi y muchos avances tecnológicos impresionantes. Pero también son algo excéntricos, y el haber organizado el primer festival de porno en realidad virtual es una buena prueba.
Lo peor del caso para los asistentes es que el festival, que se estaba llevando a cabo en el barrio Akihabara de la ciudad de Tokio, tuvo que ser cancelado por la enorme afluencia de personas que querían ir a ver porno virtual, y entretenerse con los accesorios que estarían expuestos para complementar la experiencia.
Y con accesorios me refiero a esto.
Sí, eso que piensas es para lo que sirve esto, que “complementaría” el efecto y “realismo” de lo que el “usuario” ve a través de las gafas de realidad virtual.
En el evento los asistentes no solo podrían ver y vivir experiencias de porno en realidad virtual sino también conocer algunos experimentos de la industria del entretenimiento para adultos. Uno de estos era una máquina de simulación (en forma de caja de cartón) en la que el usuario podían meter la mano por un agujero y gracias a los sensores de movimientos y algunos sopladores de aire, la persona podía “sentir la sensación de tocar pechos femeninos” dentro de la caja, lo que sería complemente de lo que vería en las gafas.
Es en serio, hay un vídeo que lo prueba.
Todo lo que encontrarás a continuación puede ser considerado NSFW (ofensivo para el área laboral) y no apto para niños. Estás advertido.
El dispositivo frotador revolucionario que está un poco más arriba sobre estas líneas también estaba disponible para demostraciones, y algunos se lo pasaron más bien de lo que la cordura, decencia y el sentido común lo permite.
¿Por qué?
Pero estamos hablando de Japón, así que se entiende.
También había maniquíes menos realistas para complementar las experiencias virtuales.
Al final la policía tuvo que ayudar a los organizadores para evitar que se formara el caos cuando anunciaron que el evento se cancelaría. Para la próxima la solución es bastante obvia: un recinto mucho más grande, muchas toallitas absorbentes y maniquíes. [Hatena Blog / Spotwright vía The Next Web]
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