
El espacio exterior es, en una palabra, grande. El universo conocido se extiende tanto en todas las direcciones que solo podemos estimar qué tan grande podría ser, y probablemente nunca lo sepamos con certeza. Sin embargo, el área que rodea la Tierra es mucho más compacta y, gracias a los satélites Starlink de Elon Musk, se está llenando. Al menos eso es lo que China afirma en una carta enviada a la ONU, luego de múltiples casi accidentes con los satélites de SpaceX.
El 6 de diciembre, representantes chinos redactaron una queja ante la ONU dirigida al Secretario General de la organización respecto al Tratado sobre los principios que rigen las actividades de los Estados en la exploración y el uso del espacio ultraterrestre, incluida la Luna y otros cuerpos celestes. Afortunadamente, ese tratado también se conoce por un nombre más corto: el Tratado del Espacio Ultraterrestre. En la queja, China alega que los satélites Starlink se están volviendo demasiado abundantes e impredecibles en órbita, y quiere asegurarse de que Estados Unidos sepa que es responsable de cualquier daño que causen. Dice la carta:
Por la presente, China informa al Secretario General de los siguientes fenómenos que constituyen peligros para la vida o la salud de los astronautas a bordo de la Estación Espacial de China.
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Los satélites Starlink lanzados por Space Exploration Technologies Corporation (SpaceX) de los Estados Unidos de América han tenido dos encuentros cercanos con la Estación Espacial China. Por razones de seguridad, la Estación Espacial de China implementó un control preventivo para evitar colisiones el 1 de julio y el 21 de octubre de 2021, respectivamente.
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En vista de lo que antecede, China desea solicitar al Secretario General de las Naciones Unidas que distribuya la información mencionada a todos los Estados firmantes del Tratado sobre el espacio ultraterrestre y señale que, de conformidad con el artículo VI del Tratado, “Los Estados partes del Tratado asumirán la responsabilidad internacional de las actividades nacionales en el espacio ultraterrestre, incluida la Luna y otros cuerpos celestes, ya sea que las realicen organismos gubernamentales o entidades no gubernamentales, y de asegurar que se lleven a cabo las actividades nacionales de conformidad con las disposiciones establecidas en el presente Tratado”.

La delegación describió dos casos en los que el módulo de la estación espacial Tianhe de China tuvo que cambiar su órbita para esquivar los satélites Starlink que se movían de manera impredecible. En el primero, un satélite Starlink alteró su órbita en 173 kilómetros 107,5 millas, lo que obligó a Tianhe a cambiar su propia órbita para evitar un impacto.
El segundo impacto esquivado es aún más extraño. La delegación china afirma que un satélite Starlink se movía constantemente de manera impredecible. El módulo Tianhe tuvo que darle al satélite un amplio margen porque nadie sabía adónde iría después.

El sitio web de Starlink anuncia que sus satélites pueden “maniobrar de forma autónoma para evitar colisiones con desechos orbitales y otras naves espaciales”. Dado el historial de la conducción autónoma de Elon Musk, uno no puede evitar preguntarse si esa autonomía fue un factor en el movimiento errático de ambos satélites, y en ambos encuentros cercanos.
Si bien las circunstancias de ambas evasiones son objeto de debate, la responsabilidad de Estados Unidos por cualquier daño futuro no lo es. El Tratado del Espacio Ultraterrestre establece que “los Estados serán responsables de las actividades espaciales nacionales, ya sean realizadas por entidades gubernamentales o no gubernamentales”, y que “los Estados serán responsables de los daños causados por sus objetos espaciales”.