Cuando piensas en armamento de las Cruzadas, probablemente se te vengan a la cabeza espadas, arcos, mazas, hachas y mayales. Pero según un estudio publicado recientemente en PLoS One, deberías agregar las granadas de mano a esa lista.
El estudio detalla los análisis químicos de varias vasijas esferocónicas (es decir, en forma de corazón) recuperadas en excavaciones del Barrio Armenio de la Ciudad Vieja de Jerusalén entre 1961 y 1967. Los artefactos se atribuyeron entonces a los mamelucos, un grupo de soldados esclavizados que finalmente ganó el control político en franjas del Medio Oriente y luchó contra los cruzados.
Aunque no es la primera vez que sugieren el uso de granadas en las Cruzadas, y hay relatos históricos de las fuerzas de Saladino lanzando explosivos durante el Sitio de Jerusalén en 1187, el análisis más reciente le da credibilidad a la idea.
“Se usaron recipientes esferocónicos como pequeños contenedores para varias sustancias, se indica que incluso bebidas fermentadas (cerveza)” , escribió Stanica Aurel-Daniel, investigadora de ICEM Tulcea no afiliada a la investigación, en un correo electrónico a Gizmodo. “Ciertamente, el uso de estos contenedores para hacer fuego griego o granadas sigue siendo de actualidad”.
Los investigadores analizaron residuos en fragmentos de cuatro vasijas esferocónicas, que dataron del siglo XI o XII. Encontraron sustancias químicas indicativas de medicina y aceites en tres de los recipientes, pero el cuarto recipiente contenía una combinación única de aceites de origen vegetal, grasa animal y nitratos, indicativa de algo que había sido construido para explotar.
“Un explosivo tiene dos componentes principales: un combustible y un oxidante, así como un recipiente para permitir que la reacción genere presión hasta que pueda causar una explosión”, dijo Carney Matheson, arqueólogo molecular de la Universidad de Griffith en Australia en un correo electrónico .
“Si los ingredientes explosivos son correctos, entonces amplía nuestra comprensión de las armas medievales en el Medio Oriente, porque muestra que las armas explosivas descritas por los cruzados fueron una invención local”, agregó Matheson. “Los ingredientes químicos para estas armas se desarrollaron en Medio Oriente, no como la pólvora negra que se adoptó de China a través de la ruta de la seda”.
Se encontraron armas similares hace casi un siglo en El Cairo; aquel equipo encontró evidencias de azufre y nitrato de potasio en sus artefactos, pero el trabajo más reciente encontró más nitratos, que se cree que fueron mezclados para formar un agente oxidante en las granadas de cerámica en forma de corazón. Los investigadores pudieron confirmar que el cóctel químico en el fragmento de cerámica no era pólvora negra, lo que indica que los combatientes de la era de las Cruzadas descubrieron una manera de construir armas de mano explosivas localmente.