Han pasado casi 40 años desde que Akira Toriyama dio vida a Dragon Ball, una obra que nació simplemente como la historia de un chico con cola de mono apasionado por las artes marciales, que junto a sus nuevos amigos buscaría hacerse más fuerte y encontrar unas tales esferas del dragón que conceden un deseo. Ha pasado mucho desde entonces, no solo mucho tiempo, sino muchas cosas, incluyendo incontables villanos y peleas para Goku.
Y es que es Goku quien siempre ha estado en el centro de Dragon Ball, por supuesto. ¿Acaso podíamos esperar otra cosa? Es el protagonista, es su historia, y sobre él giran la mayoría de acontecimientos. Pero, ¿qué pasa si dejamos a Goku y, además, a su actual coprotagonista, Vegeta, completamente fuera de los acontecimientos de una película?
Cabe destacar que desde el título de este artículo o reseña, me presento muy a favor de este tipo de cambios o historias. Goku es el héroe más grande del universo de Dragon Ball, pero no por eso tiene que ser el único héroe. La idea de que siempre sea él quien debe salvarlos a todos, después de que el resto de guerreros Z cayeran uno tras otro contra el villano o villanos de la saga del momento termina resultando cansina. Especialmente después de varias décadas. Los amigos de Goku lo más que logran, a veces, es derrotar a algunos de sus secuaces, y aún así fue Goku quien tuvo que derrotar al miembro más fuerte de la fuerza Ginyu antes de enfrentar a Freezer.
Es por eso que la fórmula de Super Hero es tan refrescante. Los protagonistas de esta historia son Gohan y Piccolo, todo gira alrededor de ellos. Una vieja amenaza regresa después de muchos años en el universo de Dragon Ball: la Patrulla Roja. Piccolo descubre que han creado androides muy fuertes, e intenta ponerse en contacto con Goku y Vegeta. Pero ellos están muy lejos, entrenando, por supuesto, y no reciben su mensaje. Salvar el mundo esta vez será tarea de Piccolo y un Gohan que lleva mucho tiempo sin entrenar.
La historia de Dragon Ball Super: Super Hero es distinta a cualquier otra que hayamos visto en la saga, especialmente tomando en cuenta que esto no es un OVA ni un episodio relleno del anime. Es una película, canónica, parte de la línea temporal principal de Dragon Ball en animación. Su estilo es una mezcla de comedia con acción a lo bruto, al mejor estilo de esta saga legendaria. Hay poderes, hay rayos, hay personajes volando y claro, hay esferas del dragón.
Gohan es un hombre muy ocupado con su investigación y su trabajo, Piccolo está entrenando a la pequeña Pan, que ya tiene 3 años de edad durante esta película. La primera mitad del film está llena de momentos graciosos, incluyendo a Piccolo utilizando un teléfono inteligente como lo usaría un abuelo, sermoneando a Gohan por no encargarse de su hija sino que él mismo tiene que hacer de “nana”.
Por supuesto, Piccolo logra hacer entrar en razón a Gohan, hacer que recupere su fuerza e incluso, al mejor estilo de Dragon Ball, tenemos nuevos poderes, nuevas habilidades, e incluso nuevos “modos” de pelea y villanos sorpresa, además de un lindo momento en el que Gohan usa una técnica de Piccolo, algo que se sintió casi como un tributo y reconocimiento a este que ha sido su padre secundario, mientras Goku va por ahí, haciendo de las suyas.
La película tiene un ritmo ascendente, que va de menor a mayor. Es distinta al film anterior, Dragon Ball Super: Broly, que fue una explosión de adrenalina, furia y acción desde casi el primer momento. Super Hero es una especie de tributo de Akira Toriyama a los superhéroes que tanto le han gustado desde hace décadas (¿recuerdan al Gran Saiyaman?), y al mismo tiempo, un tributo a esas nuevas generaciones que hoy en día disfrutan de esta franquicia.
Porque si hay algo que está claro es que Dragon Ball ha evolucionado, cambiado, con el paso del tiempo, aunque le pese a un grupo de fanáticos. “Dragon Ball quiere cautivar a una nueva audiencia, a los hijos e hijas de esa generación que amaron la franquicia hace 20 o 30 años”. Parafraseando, eso fue lo que me dijeron, entre muchas otras cosas, Mario Castañeda y Eduardo Garza, voces de Goku y Krilin respectivamente (y Garza también director de doblaje de la película para Latinoamérica), en conversaciones con ellos.
Esto se nota claramente en Super Hero, película que es un éxito rotundo en taquilla. Una historia fresca, divertida, llena de risas y, sobre todo, de mucha acción y momentos épicos. Jamás había visto a un Piccolo así, y tenía muchos años sin ver a un Gohan tan imponente como este, desde aquella mítica batalla con Cell. Una película que, además, estuvo acompañada de un doblaje fascinante y de enorme calidad en Latinoamérica (como suele ser costumbre). Mario Castañeda, René García, Carlos Segundo y Lalo Garza, brillantes como siempre interpretando a Goku, Vegeta, Piccolo y Krilin, entre muchos otros en el reparto. Pero también hay que destacar el debut de Luis Manuel Ávila como Gohan, tras el lamentable fallecimiento de Luis Alfonso Mendoza, quien dio vida a Gohan durante años.
En definitiva, Dragon Ball Super: Super Hero es una película emocionante y divertida, con efectos especiales y una animación de primera calidad que, personalmente, la disfruté mucho en la enorme pantalla de un cine IMAX. Y como suele suceder con cada nueva película de esta saga, me dejó con ganas de más. Crucemos los dedos por no tener que esperar mucho tiempo por una nueva entrega.