
Sabemos que el queso y la cerveza son dos inventos muy antiguos, pero un equipo de microbiólogos en Italia acaba de confirmar hasta qué punto la dieta de las personas que vivían en la edad de Hierro era variada y sofisticada, y lo ha hecho analizando algo tan prosaico como un excremento de hace 2.700 años.
Encontrar un zurullo durante una excavación arqueológica puede parecer mala suerte, pero es justo lo contrario. Los excrementos son auténticas enciclopedias llenas de datos sobre hábitos alimenticios, higiene, salud,enfermedades, y hasta fauna y flora de la época. El problema es que estos restos fósiles son extremadamente difíciles de encontrar porque necesitan de unas condiciones muy especiales para conservarse hasta nuestros días. Esas condiciones se dan a la perfección en las minas de sal de Hallstatt, en Viena, una explotación que se remonta a a prehistoria de la que procede la caca analizada en un nuevo estudio publicado en Current Biology.
El análisis genético revela que los antiguos mineros de esta mina tenían una dieta más variada de lo que se creía. Lo primero que apareció fueron restos de Saccharomyces cerevisiae, el tipo de levadura comúnmente usada en la cerveza. Esto no debería ser muy sorprendente teniendo en cuenta que esta bebida lleva siendo popular al menos siete mil años si nos atenemos a una tablilla hallada en la zona de mesopotamia que muestra el consumo de la bebida. Pero una cosa es tenr constancia histórica y otra muy diferente evidencia molecular. Esta última no está sujeta a interpretación.
La segunda sorpresa es que los biólogos encontraron Penicillium roqueforti, el hongo que hoy en día se utiliza para la fermentación del queso azul en cualquiera de sus variedades culinarias (Roquefort, Gorgonzola, Stilton, Cabrales...). Aunque el roqueforti se da espontáneamente en la naturaleza, su aparición aquí no es accidental, y confirma que los habitantes de la época ya fermentaban el queso usando técnicas muy similares a las actuales.
Además de levadura y hongo de queso azul, el análisis ha revelado salvado y restos de otros cereales. Los análisis de los excrementos en Hallstat (se han encontrado varios ya) revelan una dieta rica en fibra y carbohidratos que incluye legumbres, fruta fresca, frutos secos y plantas. De hecho, el análisis arqueológico de nuestra flora intestinal revela que la dieta del ser humano ha estado dominada por los alimentos sin procesar, los vegetales y la fruta hasta bien entrado el siglo XVIII, momento en el que nuestra dieta comenzó a parecerse más a la actual. [Current Biology vía Science Alert]