Para muchos es posible que no sea un problema, pero en las pieles más sensibles podría resultar irritante, haciendo que el bromo sea la apuesta más segura. Además de eso, se puede decir que realiza un trabajo más efectivo a la hora de matar bacterias y virus en el agua. También funciona mejor en aguas más cálidas, lo que puede ser un beneficio en ciertas atracciones al aire libre expuestas a la luz solar directa todos los días.

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Por último, está el tema del impacto final. Cuando el cloro se pone en el agua de una piscina, lo que hace realmente es aferrarse a las bacterias para matarlas, creando algo llamado cloramina, un compuesto químico que ya no limpia el agua.

Eso significa que necesita ser eliminada. Para hacer eso, se introduce otro químico al agua que oxida la cloramina y la convierte en gas. Luego, se introduce más cloro en el agua y el proceso se repite una vez más.

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El bromo es similar, aunque en su caso creando bromaminas cuando se combina con bacterias. Sin embargo, la gran diferencia es que mientras el cloro pierde su poder de limpieza cuando este proceso sucede, en el bromo no.

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Además, cuando el agua y el bromo se juntan, en lugar de oxidar las bromaminas por completo, solo queman las bacterias, convirtiendo las bromaminas nuevamente en bromo, es decir, en un proceso de limpieza completo que no necesita repetirse.

La diferencia más notable se encuentra en el olor. Mientras que el cloro tiene un fuerte olor químico, el bromo no. También huele, pero es mucho más leve y como resultado, diferente.

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Por cierto, si te preguntas por qué siendo el bromo un producto mucho más efectivo y menos perjudicial que el cloro, no se utiliza más que este último, la respuesta está en el precio. El bromo es mucho más costoso de usar que el cloro.

Claro que con Disney el dinero no es un problema. [YouTube]