El parecido con el masivo cañón de la Estrella de la Muerte es innegable, pero no se trata de un arma para destruir planetas, sino para descubrirlos. La foto muestra en acción el nuevo sistema de guía del telescopio VLT que el Observatorio Europeo del Sur tiene en Cerro Paranal, Chile.
Utilizar haces de luz en un telescopio parece un contrasentido, pero de hecho serán los que permitan tomar las imágenes del universo más nítidas que se han visto hasta ahora desde la superficie terrestre. Los cuatro láseres de 22 vatios cada uno hacen que las partículas de sodio de las capas altas de la atmósfera brillen como si fueran estrellas. El sistema óptico del telescopio utiliza ese brillo para compensar el desenfoque causado por la atmósfera. En definitiva, es un complejo sistema de enfoque para una cámara con lentes de ocho metros.
Los láseres son el trabajo conjunto de tres compañías de Alemania, Canadá y Países Bajos. Su tecnología no solo servirá para dotar a otros telescopios de ópticas adaptables, sino que allanan el camino al que será el mayor telescopio óptico del mundo, el Telescopio Europeo Extremadamente Grande o E-ELT, con una óptica de 39 metros de diámetro. [vía ESO]