En Disneyland te venden casi cualquier cosa que te puedas imaginar. El parque original que un día soñó Walt Disney está preparado para que tú y los tuyos consuman como si no hubiera mañana. Con una excepción: está libre de alcohol, y sólo hay una manera extremadamente difícil de conseguirlo.
¿Por qué no hay alcohol? Porque es la forma en que Walt lo pensó, permitiendo que las familias disfrutaran juntas de las atracciones mientras defendía esa imagen idílica de los parques. Como todas las reglas, hay una pequeña excepción, una con una larga historia.
Disneyland se abrió en Anaheim, California, en 1955. Se inauguró como la visión original de Walt Disney de su imperio floreciente forjado en la nostalgia y, sin embargo, el propio Walt siempre tuvo una cara “b” obsesiva con respecto al futuro, un tipo que siempre premió el progreso. Cuentan que durante una visita a la Feria Mundial de 1964 en Queens, Nueva York, Disney quedó fascinado con lo que ofrecían las áreas VIP.
Fue así como se inspiró a concebir una nueva visión en el interior de su “reino” de fantasía (quizás menos progresivo de lo esperado): un club exclusivo para miembros donde podría entretener a sus invitados más importantes. Nacía el hoy popular Club 33, cuya cifra dicen se debe al número de inversores en el parque temático, incluidos General Electric, Ford o Pepsi.
Curiosamente, Disney murió en 1966, un año antes de que el Club 33 abriera sus puertas por primera vez. Sin embargo, su visión y diseño se llevaron a cabo a rajatabla. En sus más de 50 años, el club ha crecido en reputación y estatus entre los fanáticos de Disney para convertirse en toda una leyenda.
Qué es y cómo acceder al Club 33
Aunque ha ido variando a lo largo de los años, se calcula que actualmente se debe abonar una tasa de iniciación que ronda entre lo 25.000 a los 50.000 dólares, con cuotas anuales de hasta 30.000 dólares, y una lista de espera de alrededor de 10 años para unirse.
El Club 33 es un restaurante y salón de cinco estrellas cuyos miembros lo conforman en su mayoría corporaciones y celebridades. Y sí, también es el único lugar dentro de Disneyland donde oficialmente se puede servir alcohol.
El club se encuentra en la 33 Royal Street ubicado entre las tiendas de New Orleans Square, justo a la vuelta de la esquina del paseo Piratas del Caribe. ¿Cómo hacerme miembro? Incluso en el caso de que tengas el dinero por castigo, entrar no resulta fácil.
El propósito de su creación fue precisamente proporcionar un “nivel de exclusividad y clase” a lo que es, en general, un parque de atracciones familiar. El acceso solo está disponible para aquellos con conexiones corporativas y famosos. No es imposible unirse, por supuesto, pero es complicado, los socios están limitados y los precios de iniciación ya comentados no son aptos para todos los bolsillos.
Dicho esto, el acceso al club se produce de dos maneras. Un miembro puede otorgar personalmente la entrada a un invitado. La segunda forma de ingresar al club es aumentar la lista de espera y desembolsar el montante necesario para convertirse en miembro.
Una persona puede convertirse en miembro de forma individual o a través de una membresía corporativa. Para ser aceptados, los solicitantes deben presentar una carta de consulta escrita a mano y, cuando son seleccionados, se someten a una rigurosa verificación de antecedentes.
En cuánto a lo que uno se encuentra en su interior, se trata de un espacio de varias plantas con varios salones y restaurantes de lujo, zona de Jazz, decoración clásica y piezas únicas del universo Disney junto a todo lo que un fanático pudiera esperar.
Por cierto, aunque el Club 33 original tiene sus raíces en el corazón de New Orleans Square, se ha extendido a los parques internacionales de Disney. Ahora hay exclusivos clubs VIP ubicados en tres parques de Disney. Los otros dos se encuentran en Tokyo Disneyland y en Shanghai Disneyland. [Wikipedia]