
2013 fue un año decisivo para el fabricante de coches elĂ©ctricos Tesla. En mayo de ese año, la compañĂa por fin comenzĂł a dar beneficios en sus resultados financieros. Al año siguiente. El Tesla Model S se alzarĂa con varios premios al coche mĂĄs seguro. Pocos saben que unas semanas antes, Tesla estuvo a punto de caer en manos de Google.
Lo de que 2013 fue un año decisivo no es una frase hecha. A principios de ese año, la situaciĂłn econĂłmica de la compañĂa era crĂtica, y asĂ lo explica un nuevo libro escrito por Ashlee Vance y titulado Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the Quest for a Fantastic Future. El problema era que los Model S de 2012 aĂșn no tenĂan operativas algunas de sus funciones. Los que habĂan comprado uno estaban descontentos, y la imagen de la marca que estaban difundiendo no era buena. Para empeorar la situaciĂłn, los ejecutivos de Tesla le estaban ocultando el problema a su incansable CEO Elon Musk.
Musk acabĂł por enterarse. DespuĂ©s de despedir fulminantemente a un buen puñado de ejecutivos senior, y ascender a otros tantos ambiciosos ejecutivos junior, el CEO convocĂł una reuniĂłn en la que puso a todo el personal de la compañĂa (daba igual el departamento) a cerrar las reservas para que se materializaran las ventas. SegĂșn recoge Vance en su libro, Musk les dijo: âSi no vendemos esos coches estamos jodidos, asĂ que no me importa lo que hicierais antes. Vuestro nuevo trabajo es vender cochesâ.
AdemĂĄs, Musk asumiĂł personalmente una polĂtica de total devoluciĂłn del dinero si un nuevo comprador de un Tesla estaba descontento con el vehĂculo. Mientras en Tesla se afanaban por actualizar los Model S y eliminar los fallos. Musk tambiĂ©n tanteĂł la venta de la compañĂa en Google a travĂ©s de su amigo Larry Page. Los abogados de ambas partes redactaron un preacuerdo que hubiera entregado Tesla a Google por alrededor de 11.000 millones de dĂłlares. El acuerdo tambiĂ©n obligaba a Google a no disolver Tesla al menos hasta que se lanzara la tercera versiĂłn del Model S.
Las exigencias de Musk demoraron el acuerdo definitivo. En ese preciso momento, los esfuerzos por vender los coches se materializaron en los primeros resultados positivos de la compañĂa, y Musk decidiĂł no vender. Es interesante preguntarse cĂłmo se serĂa ahora el proyecto de coches autĂłnomos de Google si la venta hubiera terminado haciĂ©ndose efectiva. [Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the Quest for a Fantastic Future vĂa Bloomberg]
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