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En realidad, estamos ante una anomalía genética. Las variantes amarillas de la tortuga de caparazón indio (Lissemys punctata), que generalmente son de color marrón con manchas amarillas y una parte inferior de color blanco cremoso, se han descubierto varias veces a lo largo de los años en varias partes del sur de Asia, donde es una de las especies más comunes de tortugas acuáticas.

La razón, según los investigadores, se debe a la falta de pigmentación corporal, algo parecido en términos al albinismo puro, un trastorno genético que causa una falta total de pigmentos en el cuerpo, pero en lugar de aparecer completamente blancos, en ocasiones los pigmentos de pteridina amarillos pueden sobrevivir para dominar la producción de color (junto con los pigmentos oculares).

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Es lo que se llama leucismo cromático y, entre las tortugas, los investigadores dicen que puede producir las variantes de color más “deslumbrantes”, aunque los casos son “poco comunes”.

Cuando los herpetólogos en India encontraron la primera tortuga “amarilla” el pasado mes de junio explicaron que en algunos casos, si un pigmento diferente logra pasar, la especie puede incluso aparecer roja. Dicho esto, es muy difícil encontrar ejemplos de estas tortugas. [Science Alert]