Por muy alegres y tranquilos que parezcan, los facóqueros o jabalís verrugosos, no dudarán en atacar si se encuentran acorralados o ante un posible peligro. Estos animales pueden llegar a pesar hasta 160 kg, y en caso de que una embestida de un animal con ese peso no te parezca lo suficientemente peligrosa, recuerda que también tienen unos colmillos que pueden alcanzar los 60 cm de longitud. Lo más probable si te topas con uno es que decida huir en la dirección opuesta, pero si por algún casual prefiere ir hacia ti, créeme, no querrás estar delante.

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Tampoco es la primera vez que vemos una situación parecida. Hace apenas un par de semanas veíamos como un par de ciclistas trataban de rescatar a un jabalí de un rio. Aunque hay que reconocer su intención era buena, el resultado fue el mismo: revolcón y un buen susto para el cuerpo.

Ahora que hemos aprendido la lección, repite conmigo: No debo tratar de acariciar a animales salvajes. No debo tratar de acariciar a animales salvajes. No debo de...

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[Vía: Digg]