
Según ha desvelado el diario The Register, la actual ola de calor está provocando estragos no solo en las infraestructuras civiles de Reino Unido, sino que también están provocando fallos informáticos.
Al parecer, el calor está causando estragos en el sistema de computación en la nube de Inglaterra. Los servidores en la nube de Oracle se desconectaron este martes por la tarde y no volvieron a la vida hasta este miércoles por la mañana. Aparentemente, el centro londinense donde se albergan los servidores físicos de la compañía no pudo mantener la temperatura adecuada, y para proteger los servidores fue necesario apagarlos. El informe señala que algunos usuarios de Oracle Cloud tuvieron problemas para acceder a los datos alojados en los servidores.
Aunque aparentemente los servidores ya están plenamente funcionales, el servicio señala que “un subconjunto de los recursos de Oracle Integration Cloud continúan estando afectados”.
Este martes por la mañana, Google también descubrió que varios de sus servidores de Reino Unido estaban experimentando problemas, como una latencia disparada o interrupciones de comunicación con su banco de servidores europe-west2, también ubicado en Londres. Aparentemente, esas interrupciones afectan a una multitud de servicios de Google además de a su servicio de almacenamiento en la nube.
Aparentemente, todo esto estaba relacionado con fallos en el sistema de enfriamiento en uno de los edificios que alberga los servidores europe-west2. Si bien la compañía señaló que los sistemas de enfriamiento fueron restaurados, los problemas persisten, y Google avisa de que las personas que usen múltiples servicios podrían sufrir interrupciones en el funcionamiento.
Estos días hemos observado lo poco preparada que está Inglaterra para lidiar con una ola de calor semejante. Incluso estos edificios, destinados a albergar ser servicios informáticos, y que seguro que tienen algún tipo de sistema especial de climatización, ni siquiera son capaces de soportar con normalidad estas altas temperaturas.
Espero que esto nos sirva también como recordatorio de que nuestras infraestructuras conectadas tampoco están diseñadas para soportar el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático. Otro motivo más para tomarnos en serio el problema como se merece.