
La NASA tenía previsto lanzar un nuevo satélite Landsat el próximo 16 de septiembre. Sin embargo, ha tenido que aplazar una semana el lanzamiento. El retraso, según explica la propia agencia espacial, se debe a la escasez de oxígeno líquido, un componente esencial del combustible que usan los cohetes.
La NASA no es la única que está teniendo problemas con esta sustancia. SpaceX se encuentra en una situación similar. La presidenta y jefa de operaciones de SpaceX, Gwynne Shotwell, admitió el miércoles durante el 36 Space Symposium que la empresa está teniendo dificultades para aprovisionarse de oxígeno líquido. La escasez de chips es otro factor que está dificultando sus lanzamientos.
El culpable de esta carestía de oxígeno no es otro que el Covid. La pandemia ha disparado la demanda de oxígeno líquido por parte de los hospitales que lo necesitan para atender a los enfermos de Covid más graves. “La demanda de oxígeno líquido causada por la pandemia ha afectado al suministro de este componente que llega desde la red logística de Defensa y su proveedor, Airgas”, comenta la NASA en un comunicado.
El satélite Landsat 9 es un proyecto conjunto de la NASA con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Su función es monitorizar las zonas costeras de Estados Unidos. Si el suministro vuelve a reponerse a tiempo, el Landsat 9 subirá a órbita a bordo de un cohete Atlas V desde la base aérea de Vandenberg. [NASA vía Space]