
A principios de esta semana, Apple decidió comenzar a llenar de anuncios su App Store. Una táctica que hizo arquear la ceja a más de uno, sobre todo después de que la propia compañía se haya erguido como abanderada de la privacidad durante todos estos años. Pero independientemente de ese aspecto, el sistema de anuncios de Apple no ha salido como había imaginado la compañía: publicidad de casinos en apps contra la ludopatía, aplicaciones recomendadas que no tenían nada que ver con sus homólogas... El desastre ha sido tal que Apple se ha visto obligada a dar marcha atrás.
Como explicó Apple a MacRumors, la compañía ha decidido “pausar los anuncios relacionados con juegos de apuestas y otras categorías más en las páginas de productos de la App Store” tras las duras críticas recibidas por sus propios clientes en redes sociales.
Las quejas tampoco se detienen ahí. Algunos desarrolladores han argumentado con razón, que este nuevo sistema ‘obliga’ a los desarrolladores a pagar para que sus aplicaciones se posicionen mejor ante los usuarios, una práctica que penalizará especialmente a los pequeños desarrolladores.
Los de Cupertino no han explicado si los anuncios conflictivos dirán adiós para siempre o si en su lugar tan solo harán una pequeña reorganización de sus categorías para mostrar contenido más relevante para los usuarios. Eso sí, lo que parece seguro es una cosa: los anuncios han venido para quedarse.