
El LG G2 es un smartphone brillante y dotado de grandes ideas en lo que a diseño y construcciĂłn tĂ©cnica se refiere. LG sĂłlo necesita hacer una cosa para que sea el terminal Android del año: formatearlo completamente e instalar Android puro. Nuestros compañeros de Gizmodo US han tenido la oportunidad de trastear un rato con el nuevo buque insignia de la coreana y sus impresiones vienen a confirmar lo que ya nos temĂamos. El G2 combina un hardware pulido y potente con un software que desmerece completamente el conjunto.
Diseño y ergonomĂa
El LG G2 se parece mucho al Samsung Galaxy S4. Su estética, dimensiones y materiales son muy similares. El G2, sin embargo, se siente mås ligero en la mano y cuenta con la ventaja estética de una pantalla mås grande, y bordes completamente libres de botones.
Los controles fĂsicos han emigrado a la parte trasera, en un nuevo grupo de botones debajo de la cĂĄmara que incluye controles de volumen, y un pulsador multipropĂłsito que cumple distintas funciones en funciĂłn de la aplicaciĂłn que tengamos abierta.
Los que hayan tenido oportunidad de probar el botĂłn de encendido y lector de huellas dactilares que tenĂa el Motorola Atrix podrĂĄn hacerse una idea de cĂłmo es este sistema. LG asegura que es el colmo de la ergonomĂa. En el mundo real simplemente estĂĄ bastante bien. Se accede a Ă©l con comodidad sin tener que buscarlo con la mirada, y cumple su funciĂłn.
Pantalla y cĂĄmara
Aunque no tan brillante como la del HTC One, o con negros tan profundos como la del S4, la pantalla del LG G2 es realmente vistosa y nĂtida. Se aprecia sin problemas a plena luz del sol y, en general, no defrauda.
Otro tanto sucede con la cĂĄmara, cuyos resultados preliminares pintan muy bien. Por supuesto, aĂșn habrĂĄ que descargar las imĂĄgenes del telĂ©fono y examinarlas con lupa en una pantalla grande. A primera vista, el 'obturador' parece un poco mĂĄs lento que el del S4, con un retardo apreciable entre el momento en el que pulsamos el botĂłn y en el que se guarda la imagen. La estabilizaciĂłn durante la grabaciĂłn de vĂdeo parece uno de sus puntos mĂĄs fuertes.
Con el software hemos topado I: Diseño
Un primer problema del software que lleva instalado el G2 es la estĂ©tica. La interfaz del G2 me parece (y esta es una opiniĂłn completamente personal) fea a rabiar, pero esta ya es una cuestiĂłn que doy por perdida porque es de Ăndole cultural. En este sentido podemos hablar de una brecha estĂ©tica muy profunda entre lo que se considera bonito de un paĂs a otro.Basta visitar paĂses como China, Corea o TaiwĂĄn para darte cuenta por quĂ© el software de algunos fabricantes es tan naif y chillĂłn. Sencillamente les gusta asĂ.
En una ocasiĂłn le preguntĂ© a la responsable de una conocida marca de ordenadores por quĂ© se empeñaban en llenar de pegatinas los portĂĄtiles. Que si Intel Inside, que si Nvidia, AMD, Dolby Home Theater... Yo pensaba que detrĂĄs de un aspecto que rivalizaba con una fachada de Akihabara habĂa algĂșn tipo de acuerdo sagrado e inviolable con los proveedores, pero resulta que no. La respuesta es, sencillamente, que en China, Corea y TaiwĂĄn (que es donde se fabrican estos equipos) les gusta ese mar de pegatinas. En lo tocante a sistemas operativos mĂłviles, en esos lares tambiĂ©n triunfa esa estĂ©tica que podemos llamar 'Puking Rainbows'.
Con el software hemos topado II: Usabilidad
La estética no es algo tan terrible después de todo. Basta un poco de personalización en las manos adecuadas para que deje de parecer el móvil de Heidi bajo los efectos del LSD, y se convierta en algo un poco mås sobrio. El problema es que la usabilidad va por el mismo camino.
No es la primera vez que hablo de esa manĂa que tienen los fabricantes de saturar con aplicaciones, funciones y software los sistemas operativos, y no es la primera vez que declaro que no me gustan. Pero hay ejemplos y antiejemplos. El interfaz TouchWiz de Samsung, por ejemplo, puede ser discutible estĂ©ticamente, añadir carga innecesaria al procesador, y estar lleno de funciones que no voy a usar en mi vida, pero al menos funciona.
El interfaz del LG G2 no es el mismo caso. El sistema para desbloquear la pantalla funciona cuando quiere. Los ingenieros de LG han llenado la barra de notificaciones de botones absurdos que obligan a hacer scroll para ver las notificaciones. Los botones en pantalla de Android se han modificado y en vez de multitarea encontramos menĂș. Todo el sistema parece lleno de opciones de configuraciĂłn que no aportan nada aparte de estorbar.
Nos queda la esperanza de que los terminales mostrados en Nueva York sean muy preliminares y LG solvente los problemas en la versiĂłn definitiva, pero la primera impresiĂłn no puede ser buena. TambiĂ©n tenemos franca curiosidad por saber si la coreana va a lanzar un G2 con Android puro, porque eso sĂ que es algo que merecerĂa la pena.