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Los escarabajos usan bolsillos para guardar sus bacterias cuando pasan por una metamorfosis

Las bacterias son beneficiosas para los insectos porque protegen sus huevos.

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Muchas especies de insecto son holometabólicos. En otras palabras, en algún momento de sus vidas sufren una metamorfosis completa que afecta tanto a toda su morfología externa como a sus órganos internos. ¿Cómo mantener algo que no pertenece a tu cuerpo durante ese proceso radical? Los escarabajos del género Lagria han encontrado una ingeniosa manera: bolsillos.

Las hembras de los escarabajos Lagria conviven con una serie de bacterias beneficiosas denominadas Lv-Stb con las que viven en simbiosis. Estas bacterias son expulsadas con los huevos durante la puesta y segregan antibióticos que protegen los huevos y las pupas de posibles infecciones bacterianas.

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La cuestión es que las Lv-Stb han perdido las estructuras externas que les permiten moverse y no sobreviven por sí mismas mucho tiempo fuera del organismo del escarabajo. Eso ha llevado a las hembras de este insecto a desarrollar un sistema que les permite conservar esos microorganismos ajenos a su propio organismo durante la metamorfosis. Cuando la larva de esta especie comienza la fase de pupa crea tres cámaras en su espalda en las que concentra las valiosas bacterias. Mientras el resto de su organismo pasa por el proceso de convertirse en adulto y reorganiza todos sus órganos, los tres bolsillos permanecen inalterados. Al eclosionar, las bacterias encuentran el camino de vuelta al aparato reproductor de la hembra para cumplir su importante función una vez esta ponga huevos. Los machos de este escarabajo no ponen huevos por lo que no necesitan de estas bacterias ni han desarrollado mecanismo alguno para preservarlas.

Beetles rely on unique ‘back pockets’ to keep bacterial symbionts safe during metamorphosis

La doctora Laura V. Flórez, del departamento de Plantas y Ciencias Medioambientales en la Universidad de Conpenhague es una de las autoras de este descubrimiento. “Modificando estos bolsillos únicos en su espalda, los escarabajos Lagria logran proteger sus simbiontes reproductivos y facilitar su reubicación durante la fase de pupación hasta los órganos adultos”, explica.

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Su colega y coautora del estudio Rebekka S. Janke añade que el viaje de estas bacterias continúa de una generación a otra. Los simbiontes en la superficie del huevo viajan hasta los bolsillos del insecto cuando este se convierte en pupa. Las autoras han logrado trazar el camino de las bacterias usando diminutas esferas de poliestrinero fluorescente como marcador, aunque aún no se conoce con exactitud el mecanismo que traslada a las bacterias (y a las esferas) de un lado a otro. Ese es precisamente el siguiente objetivo del equipo de investigadores: determinar cómo selecciona el escarabajo a sus bacterias simbióticas y cómo logra trasladar a estos microorganismos incapaces de moverse de un lado a otro. [Frontiers in Physiology vía Phys.org]