El rover Perseverance aterrizó con éxito en la superficie de Marte hace poco más de un año. Desde entonces ha estado estudiando y recogiendo muestras en un cráter conocido como Jezero. Perseverance tiene dos micrófonos, uno en el chasis y otro en el mástil, donde se encuentra el instrumento SuperCam.

Era sabido que el sonido viaja en Marte a una velocidad significativamente más baja que en la Tierra. La fina atmósfera del planeta rojo es aproximadamente un 1% la de la Tierra, y su alto contenido en dióxido de carbono, un gas muy absorbente, crea un entorno acústico complicado.

En Marte, nuestras voces tendrían un tono más ronco y más bajo, y tardarían más tiempo en llegar a nuestro interlocutor. Eso si el interlocutor nos oyera, porque el sonido no se propaga tan fácilmente por la atmósfera marciana. Sería como hablar a través de una pared.