En este caso específico, la parte de la nariz que se llama nervio maxilar. Cuando se activa, envía una señal a tu cerebro que finalmente resulta en un estornudo. En este punto, si sostienes un dedo debajo de tu nariz cuando el impulso llega, probablemente no se formará el típico estornudo, si no una versión muy pequeña de él a lo sumo.

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Lo que tienes que hacer es presionar sobre tu labio superior, un gesto que se ve casi idéntico pero en realidad envía una señal diferente a tu cerebro. Porque el nervio maxilar también entra en tu labio superior. Según ha explicado a SciShow la profesora Melissa Pynonnen en la Universidad de Michigan:

Estimular tu nervio maxilar de esta manera podría interrumpir la respuesta al estornudo porque esencialmente distrae tu cerebro.Es como cuando te das con tu rodilla en una mesa, tu primer instinto es frotar la zona para que te sientas mejor. Intencionadamente intentas distraer los nervios de tu rodilla con otra señal que compita. Así que presionar un dedo en el labio superior probablemente no detendrá cada estornudo, pero podría evitar muchos de ellos.

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Por cierto, existe otro “truco” para detener los estornudos. La próxima vez intenta presionar la lengua contra el paladar. Tu nervio maxilar pasa por allí también, por lo que podría causar la misma respuesta de distracción, y nadie te ve con el dedo debajo de la nariz. [SciShow]