Arkham Knight es la última entrega de la saga protagonizada por Batman de los estudios de Rocksteady, y podría ser descrita con una sola palabra: brillante. Es el cierre de una historia que se ha desarrollado por seis años y nos presenta a un Caballero de la Noche más oscuro y vulnerable que nunca. Lo he probado, y te contamos qué nos ha parecido (sin spoilers).
Todo comenzó con ese juego llamado Batman: Arkham Asylum que en el 2009 nos sorprendió al incluir no solo un sistema de combate bastante innovador, diferente y que se sentía perfecto para el tipo de juego, no, sino que también contaba, por fin, con un guión digno para una historia protagonizada por Batman. Los que somos seguidores del superhéroe sabemos que la mayoría de juegos que se basaban en su historia terminaban siendo un fiasco.
No sé si sería gracias al éxito de la trilogía de películas de Christopher Nolan, o porque el guionista del juego confesó ser un nostálgico de los cómics de Frank Miller (los cuales claramente inspiran a la saga), pero sea como sea, el resultado fue genial. Nos aventuramos en ese manicomio lleno de villanos sádicos y psicópatas, y en la siguiente entrega llegamos a una ciudad “abierta”, pero limitada con Arkham City. Ahora toca darle final a esta historia con Arkham Knight, y sí, ha sido un final digno.
Si te lo preguntas la respuesta es sí, estoy ignorando a propósito a Arkham Origins, no solo porque su historia es irrelevante para la saga (un prólogo un tanto insípido), sino porque ni siquiera fue desarrollado por los mismos creadores de la saga. No digo que sea malo, sencillamente hagamos como si no existió.
Lo que hace brillante a Arkham Knight, además de la incorporación de varios factores en su jugabilidad y mundo, es su historia. Si pensabas que Asylum o City eran historias oscuras, Arkham Knight me ha alterado los nervios en varias ocasiones. Por primera vez he visto a Batman en la saga no cómo un superhéroe, sino como un hombre también vulnerable, muy vulnerable, que de hecho tiene mucho más parecido con esos villanos a los que se enfrenta de lo que tanto él como nosotros imaginamos.
La última entrega de la saga se desarrolla en Gotham en toda su gloria. Sí, la ciudad está “abierta” para que la recorras y explores, pero eso no quiere decir que esté “viva” como en el caso de otros juegos de mundo abierto (GTA V, por ejemplo). Gotham es evacuada al inicio del juego por una terrible amenaza, y por supuesto será la tarea del Caballero de la Noche el salvar no solo la ciudad, sino a sí mismo.
Pero el hecho de que no esté llena de personas, vehículos y ciudadanos normales no quiere decir que Gotham se sienta vacía, muerta y opaca en la historia, no. ¿Dije que había una amenaza, cierto? Pues esa amenaza está acompañada de una milicia y un sinfín de maleantes que estarán por toda la ciudad, acompañados de tanques poderosos.
¿Tanques? ¿Y cómo se supone que nos enfrentaremos a esos tanques si Batman no dispara ni una pistola de agua? Fácil, con uno de los mejores añadidos de Arkham Knight, el Batmobile.
No quiero volver a conducir ningún otro auto en un videojuego después de usar el Batmobile.
Rocksteady añadió al Batmobile en este juego y lo ha mostrado en infinidad de tráilers. Tenía sentido. Si ofreces una ciudad enorme para recorrer, necesitas un medio rápido para hacerlo más allá de simplemente planear usando tu capa, ¿cierto? Pero lo que no dijeron fue lo genial que se hace conducirlo y usarlo para combatir tanques y demás vehículos del enemigo. Algo que quizás después de varias horas de juego podría sentirse repetitivo, pero es tan divertido que la verdad no me molesta.
El Batmobile ha sido un punto de debate por críticos y jugadores por igual. Para algunos, “sobra” y perjudica la jugabilidad de Arkham Knight dado que el juego se enfoca mucho en su uso. Yo no estoy de acuerdo con esto. Batman es un héroe que depende en el uso de un sinfín de gadgets para lograr sus hazañas, además de en sus habilidades de combate e ingenio. El Batmobile es otro gadget más, y en el juego lo usaremos para mucho más que combatir tanques, también para destruir paredes que nos darán acceso a nuevas zonas e incluso como parte de los combos de golpes que realizamos en las peleas cuerpo a cuerpo.
Ah, ¿y les he dicho que se convierte en un tanque para luchar con otros tanques?
Sí, y controlarlo de esta forma es otro elemento genial en el juego. Me arruiesgo a decir que esta es la mejor versión del Batmobile que he visto en mi vida, y en ello incluyo las versiones de películas, series animadas y más...
Así, la jugabilidad de esta entrega se basa en los mismos cuatro elementos de siempre (exploración, investigación, sigilo y combate), añadiendo el Batmobile como un bonus maravilloso que usaremos para muchas más cosas que para recorrer la ciudad de un lado a otro.
El combate en Arkham Knight mantiene la esencia de la saga, aunque añade alguno que otro elemento y combo diferente. Rocksteady aplica aquí la de “si no está dañado, no lo toques”, y eso está bien. Golpear, esquivar, golpear, combos. Eso es todo, con la gran diferencia de que en muchas ocasiones contaremos con aliados en combate, ya sea el mismo Batmobile u otros personajes (como Robin o Nightwing) que podremos usar en simultáneo (presionando un botón cambiamos de Batman a Robin o viceversa), además de para combos en dúo. Se siente fluido y es bastante divertido.
En otro punto en el que destaca, de nuevo, esta entrega de Batman es en las actuaciones de voz. Kevin Conroy regresa para dar la voz del Caballero de la Noche, algo que hace desde hace más de 20 años, mientras que el gran John Noble da la voz al psicópata del Espantapájaros, y claro, como en casi todos los juegos de los últimos años, Troy Baker está presente para darle la voz al Arkham Knight. Quiero decir, Baker es un gran actor, pero ahora es raro ver un título “Triple A” en donde no esté. No es malo pero sí... curioso.
Batman: Arkham Knight más allá de en su combate, más allá del Batmobile y su genero mapa, destaca en su historia. Se siente madura, llena de misterios y con giros drásticos en su guión. El factor psicológico es muy importante en su trama, quizás el más importante. El Espantapájaros quiere torturar a Batman, no físicamente, sino mentalmente. Quiere hacerlo sufrir y dudar de sí mismo, que sienta que está mucho más cerca de ser un villano como él o como el Joker. En realidad, sus ideales no son tan diferentes como podríamos pensar.
Y Batman en algún momento de la historia comenzará a darse cuenta de que es así, y de hecho, el juego prepara una sorpresa y un giro bastante inesperado en algún punto de la campaña principal que casi es merecedor de aplausos. Batman de por sí es un héroe bastante perturbado y perseguido por muchos demonios internos, pero en Arkham Knight algunos salen a flote, y perjudica incluso a sus seres queridos.
Y a todo eso le sumamos la llegada del Arkham Knight, un misterioso villano que odia a Batman y que Rocksteady ha creado junto a DC Comics para este juego. El Knight le da toda la acción al juego, el caos, gracias a su sed de venganza contra el Caballero de la Noche, mientras que el Espantapájaros le da el factor terror psicológico. Personalmente esperaba mucho más del Arkham Knight, pero combinado con el otro villano resulta una buena mezcla.
¿Deberías jugarlo?
Sí, sencillamente sí. Batman: Arkham Knight es una obra maestra del género, y no existe un mejor videojuego basado en un superhéroe en el mercado (aunque esto aún es materia de debate polémico con mi compañero Carlos Z., quien asegura que la saga Infamous es la definitiva en cuanto a superhéroes). La entrega final de la historia de Batman escrita por Rocksteady la podrás disfrutar ya seas fanático de los juegos anteriores o jamás hayas jugado ninguno, el título se encargará de contarte la historia que necesitas saber para entender la trama.
En lo único que falla este juego es en algunas de sus misiones secundarias que se hacen repetitivas, desde combatir tanques a rescatar bomberos. De resto, la campaña secundaria del Acertijo es brillante, mientras que en otras tendremos que hacer el papel de verdaderos detectives para resolver casos de asesinatos en serie misteriosos. Y eso es solo parte de lo que tendremos que hacer en unas 20 horas de juego (aproximadamente) para completarlo al máximo.
Eso sí, debo decirlo: la versión para PC de Batman: Arkham Knight está llena de problemas, tanto así que no recomiendo jugarlo en esta plataforma hasta que los solucionen. Para muchos, en PC ha sido sencillamente imposible de jugar, y esto es una lástima, porque mancha la imagen de un buen juego.
Arkham Knight es el fin de una saga de videojuegos épica, llena de grandes historias y de la que muchos otros desarrolladores están tomando ejemplo. Esta es la prueba de que un juego basado en un superhéroe puede tener una buena trama, puede ser una obra maestra, y no simplemente un relleno sin sentido que no hace más que manchar la historia del personaje.
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