Los intentos de crear un smartwatch a la altura de las circunstancias no han sido pocos, pero la mayoría infructuosos. El Apple Watch parecía hasta ahora ir ganando la carrera pero el Gear S2, de la mano de ese eterno némesis que es Samsung, ha llegado para plantarle cara. Este es su análisis a fondo.
Qué es
Es un smartwatch, fabricado por Samsung. Tiene una pantalla redonda, similar a la de un reloj tradicional, de 360 x 360 pixeles virtuales (unos ~302 píxeles por pulgada). La memoria interna es de 4 GB, la RAM de 512. Tiene conexión Wi-Fi independiente (no necesita obligatoriamente el teléfono), bluetooth, sensor cardíaco y barómetro. La batería es de 300 mAh. Viene en dos modelos, la versión Sport (en la foto) y la versión Classic.
Por qué importa
La mayoría de smartwatches de Android no son muy buenos (puedo imaginar a más de uno rasgándose las vestiduras). No son terribles, ni un despropósito, pero ninguno ha alcanzado unos niveles de calidad suficientes como para quererlo en tu muñeca sí o sí. Un genuino objeto de deseo. El Gear S2, aunque tiene sus errores y sus matices como se detalla unos párrafos más abajo, sí.
Lo hace combinando una idea sólida: que el borde del reloj, el bisel, haga las veces de corona para “girar” por las diferentes interfaces con un sistema operativo (Tizen) que está a la altura y una buena integración con el teléfono. Hasta ahora podemos decir que sólo otro smartwatch había conseguido eso plenamente, el Apple Watch. El Gear S2 es su primer rival serio.
Diseño y materiales
El diseño y los materiales varían de una versión a otra. En la Classic el material es cerámico, en el Sport, la versión que nosotros hemos probado, es acero inoxidable. No es acero de un gran calidad y aunque en el tacto y en la muñeca se siente como un metal, su aspecto a cualquier ojo ajeno es más parecido al plástico.
El borde del reloj, el que hace las veces de corona para interactuar con la pantalla, es un poco endeble. No es algo grave, pero sí importante teniendo en cuenta por un lado que el aparato cuesta casi $350 dólares y que aunque el Apple Watch también tiene sus errores en general los acabados son impecables. La correa que viene con el modelo Sport es fina, de un plástico regulero y aunque es pronto para afirmarlo al momento de escribir estas líneas, sospecho que no muy duradero.
¿Qué tal el grosor? Con 13,4 milímetros, el Gear S2 es todo menos delgado. Dicho eso: en mi opinión está en un margen más que aceptable para un reloj, similar al de un buen cronógrafo. No va a batir ningún récord de delgadez, pero no es molesto. Casi al contrario.
Materiales aparte, el Gear S2 tiene un elemento de diseño interesante e inconfundible: su pantalla es redonda. No es un pionero aquí, el Moto G y los smartwatches de LG ya habían experimentado con el formato antes. Las ventajas y las desventajas dependen mucho de los gustos. Por un lado, y en general, las esferas del reloj me parecen más atractivas, más parecidas a las de un reloj tradicional, son geniales. Por otro, leer texto ya sea en notifaciones o aplicaciones, es un suplicio.
Usando el Gear S2
Aplicaciones. Aplicaciones. Aplicaciones. El Gear S2 es un producto redondo. Es un reloj genial, qué diantres. Pero la principal ausencia una vez comienzas a usarlo, te familiarizas con la manera de utilizarlo y la sensación de novedad se evapora es una sola: faltan aplicaciones. Las que incluye el por defecto no están mal, incluida una de Nike+ Running que es la mejor que yo he probado nunca en un wearable por una amplísima diferencia, pero no son suficientes. No hay Twitter, no hay Facebook, no hay Instagram. No nada. Kaputt.
En la tienda de la aplicaciones pueden encontrarse unas cuantas más, pero después de más de media hora de búsqueda infructuosa las pocas que conseguí añadir eran de baja calidad o directamente fallaban. Y sí, es cierto que el reloj acaba de lanzarse pero también llevo usando un Apple Watch desde el día 1 y la disponibilidad, adopción y tasa de aplicaciones ha sido estratosféricamente distinta.
Que el sistema sea Tizen y no Android no estoy muy seguro de que ayude. Hay sistemas enteros que han caído y/o surgido por su ecosistema de aplicaciones (que se lo digan a Symbian o a Windows Phone) y aunque espero que mejore de cara a los próximos meses, de momento es el problema más acuciante en el Gear S2.
Es una pena, porque el resto es sencillamente genial. Interactuar con los marcos es rápido y sencillo: hacia la izquierda, notificaciones, hacia la derecha, widgets y aplicaciones. El sistema es rápido y fluido (mucho, muchísimo más que el Apple Watch), las aplicaciones cargan al instante y la interfaz de esferas giratorias es maravillosa. Acceder a información relevante como el tiempo o los pasos que he recorrido ese día lleva un par de giros, en el Apple Watch o en Android Wear es mucho más incómodo.
La personalización es la otra baza fuerte en el S2: comparado con las esferas limitadas del Watch, aquí las posibilidades son prácticamente infinitas. Cada uno de los modelos predeterminados por Samsung se puede modificar y personalizar hasta el extremo y además en la tienda, aquí sí, hay esferas de terceros bastante interesantes. Mi favorita es la de Nike+ (sí, también tiene una esfera), el diseño es genial y ver el número de kilómetros que he corrido este mes hasta ahora es el mejor aliciente para que vuelva a mover el culo.
La batería, en mi experiencia, roza los dos días. Los roza, nada más. La mayoría de las veces el reloj no los va a superar cómodamente. Tampoco es algo que, personalmente, me importe en exceso, ya estoy acostumbrado a dejar el reloj todas las noches a cargar. El sistema de recarga es a través de un dock, incluido de fábrica, muy elegante.
Nos gusta
La interacción con el marco giratorio es genial, es más cómoda que la corona del Apple Watch y, aunque falta hacer que sea algo más consistente, en general permite hacer más cosas en menso tiempo. Es más natural.
El sistema es rápido, fluido y estable. Da gusto usarlo. La interfaz circular se sirve muy bien del marco giratorio.
El modelo Classic es compatible con cualquier correa estándar del mercado.
Es compatible con otros teléfonos Android. Ah, y un secreto a voces: también será compatible con el iPhone en un futuro “próximo”.
No nos gusta
La falta de aplicaciones es clamorosa y probablemente su mayor lastre. No hay mucho más uso para el reloj, de momento, más allá del set de apps que viene por defecto.
La calidad de los materiales podía ser mucho mayor (aunque también es más barato).
¿Me lo compro?
Si estabas buscando desesperadamente un smartwatch para utilizar con tu teléfono Android pero ninguno te había convencido hasta ahora, sí, esta es probablemente la opción con más puntos a favor hasta la fecha. Si usas iPhone, la compatibilidad está, por el momento, fuera del menú.
El Gear S2 es un cimiento de lujo. Una prueba de que Samsung está aprendiendo (por fin) a afinar en sus relojes. Pero es sólo eso, los cimientos, todavía falta construir encima de ellos. De momento no hay nada.
La otra discusión es, por supuesto, si de verdad necesitas un smartwatch. No es un producto que, sobre todo por su madurez, esté indicado para todo el mundo y es probable que acaba resultándote completamente superfluo. Si ese es tu caso, ni Apple Watch, ni Gear S2 ni ninguna otra oferta del mercado puede resolver de momento tu problema.
Cuesta $300 dólares/349€ en su versión Sport y $350 dólares/379€ en su versión Classic. No es tan caro como el Watch o el reloj de Huawei, pero la calidad de sus materiales es sensiblemente inferior, en construcción y apariencia.
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