
SpaceX avanza rápidamente hacia un segundo lanzamiento de prueba de la Starship Super Heavy, el cohete más alto y potente del mundo. Un nuevo prototipo de Super Heavy, la etapa inferior de la Starship, realizó el domingo una ignición estática en la plataforma de lanzamiento de Texas. Con el encendido del propulsor se probó además un nuevo sistema deflector de llamas.
Retransmitido en directo por la cuenta oficial de SpaceX, el encendido estático del propulsor “Booster 9” fue un éxito parcial. El cohete encendió sus 33 motores con un rugido, y el sistema deflector de llamas, que consiste en unas enormes planchas de acero con perforaciones de las que sale agua a muy alta presión, funcionó como se esperaba. Sin embargo, la prueba debía durar cinco segundos, y los motores se apagaron a los 2,74 segundos, publica Ars Technica. Cuatro motores no funcionaron correctamente, admitió SpaceX.
La Starship utiliza motores Raptor 2 de metano y oxígeno líquido. La fiabilidad de estos modernos motores está en entredicho después de que el Booster 7 que despegó en abril no alcanzara la velocidad suficiente para lanzar la Starship por el mal funcionamiento de varios motores. SpaceX trabaja en una versión mejorada de los motores llamada “Raptor 3” para abordar estos problemas.
El otro problema de aquel lanzamiento ocurrió en tierra. El Super Heavy es tan potente que formó un cráter alrededor de la plataforma de lanzamiento, haciendo que trozos de hormigón y arena salieran disparados en todas las direcciones. SpaceX no tardó en restaurar la plataforma, y aprovechó para mejorarla con el sistema deflector de llamas, que ya estaba previsto.
La compañía completó una prueba de este sistema el 28 de julio, pero es la primera vez que la vemos actuar en un encendido del cohete Super Heavy. Aparentemente funcionó como se esperaba, absorbiendo la energía de los motores y generan una enorme pero inofensiva nube de vapor.
Elon Musk dijo a mediados de junio que el segundo lanzamiento de la Starship tendría lugar en seis/ocho semanas. Esa promesa ya no se va a cumplir, no solo porque la Starship no está lista, sino porque la compañía tiene que demostrar a la Administración Federal de Aviación que el caos del primer lanzamiento no se volverá a repetir para obtener una nueva licencia de vuelo.