El culebrón musical entre Taylor Swift y Spotify continua. Después de que la artista explicara su salida del servicio de Streaming diciendo que no pagaban lo suficiente, Spotify ha publicado una respuesta más larga, y ya no tan alegre como la primera. Entre los múltiples datos desgranados por la plataforma destaca uno: Los honorarios de Taylor Swift por sus canciones en Spotify superarán los seis millones de dólares en 2014.
Daniel Ek, CEO de Spotify, intenta desmontar en su carta algunos mitos que, a su juicio, muchos artistas asocian con los servicios gratuitos en streaming. El primero es que Spotify y servicios similares no pagan a los artistas. Según Ek, Spotify ya ha pagado más de 2.000 millones de dólares a discográficas y sociedades de gestión de derechos de autor desde el lanzamiento de la plataforma en 2008.
Los recientes comentarios sobre que Spotify hace dinero a espaldas de los artistas me molestan mucho. La razón de nuestra existencia es ayudar a los fans a encontrar buena música, y ayudar a los artistas a llegar a sus fans a través de una plataforma que les proteja de la piratería y les pague por su arte. Quincy Jones escribió en Facebook que "el enemigo no es Spotify, es la piratería". Os voy a dar solo dos cifras: cero y dos mil millones. La piratería no paga nada a los artistas, nada, nothing, cero. Spotify ha pagado más de dos mil millones de dólares a discográficas, distribuidoras y sociedades de gestión de derechos de autor por la distribución del trabajo de los músicos.
La propia frase ya deja entrever el problema de fondo de la cuestión. Spotify no paga directamente a los artistas, y no lo hace básicamente porque, aunque han cambiado muchas cosas en la industria musical, la gestión del dinero sigue estando en manos de demasiados intermediarios. El problema, según el CEO de Spotify, es que esos royalties no están llegando a los artistas de la manera más rápida y transparente posible.
En cuanto a la idea de que Spotify paga poco a los artistas, Daniel Ek explica que los beneficios de cada canción depende del número de veces que sea escuchada. El tema Take Me To Church, del artista irlandés Hozier, por poner un ejemplo, ya ha recaudado cientos de miles de dólares desde su publicación hace unos meses. En el caso concreto de Taylor Swift, Spotify asegura que la artista cobrará este año más de seis millones de dólares por la música que tenía en la plataforma antes de que decidiera retirarla.
Por supuesto, vender más de 1,2 millones de copias en una semana como ha hecho Swift con su álbum 1989 supone ganar más de 12 millones de dólares en un plazo muy corto. Sin embargo, el caso de Swift es extremadamente atípico. No se habían vendido más de un millón de copias físicas de un artista en una semana desde 2002.
Oigo muchas historias de artistas y compositores que dicen estar enfadados y frustrados porque los servicios de streaming les pagan poco o nada. Yo también estoy enfadado y frustrado. La industria musical ha cambiado mucho (estamos muy orgullosos de pensar que hemos podido contribuir a ese cambio) pero muchos de los problemas que han infectado esa industria desde su concepción siguen existiendo. Hemos pagado más de dos mil millones en royalties a la industria musical. Si ese dinero no ha llegado de manera puntual y transparente a la comunidad de artistas, entonces tenemos un gran problema.
Daniel Ek termina su carta diciendo que los intereses de Spotify son exactamente los mismos que los de los artistas, y que la actividad del servicio de streaming no puede analizarse en solitario, sino como un pilar más de la actual industria musical. Spotify cuenta con más de 50 millones de usuarios en el mundo, de los que 12,5 millones son suscriptores que pagan en torno a 120 dólares anuales cada uno. El 80% de esos suscriptores comenzaron escuchando gratuitamente la música, y muchos de ellos son menores de 27 años, un colectivo al que se consideraba muy difícil de recuperar del terreno de la piratería.
La conclusión para Ek es clara: Sin música grátis no se da el salto a la música de pago, y sin esta no se hubieran podido recaudar 2.000 millones de dólares, que es 2.000 millones de veces más que lo que se recauda con la piratería. Parece que para algunos artistas como Taylor Swift, esa cantidad no es suficiente. [vía Spotify]
Imagen de portada: Svetlana Lukienko / Shutterstock / Gizmodo en Español
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