Cuando nos montamos en un avión, además de desear un buen asiento, a menudo siempre tenemos otro deseo: que no estemos sentados al lado de una persona que nos haga pasar mal el viaje. La mayoría de las veces, tenemos suerte. Desgraciadamente, para una mujer en un vuelo de Southwest Airlines, no era uno de esos días.
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De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, un avión de Southwest Airlines que viajaba de Los Ángeles a Dallas esta semana tuvo que realizar una parada de emergencia después de que una pasajera tuviera problemas con un pasajero sentado a su lado. El pasajero decidió que sobando el pie a la pasajera sentada a su lado con el suyo era la mejor forma de “flirtear” con ella.
Lo que al principio empezó como una experiencia embarazosa se convirtió rápidamente en una más seria. Según la mujer, Justin Bradford, un hombre de 29 años, empezó a agredirla de forma verbal. Bradford le llegó a decir “no jodas conmigo” a la pasajera antes de que la azafata acordara cambiarle el asiento.
Cuando la mujer estaba en su nuevo asiento, Bradford la siguió. La tripulación intentó hablar con él para que volviera a su asiento, pero no les hizo caso. Bradford explotó y empezó a gritarle palabrotas a un azafata. También le dijo que estaba recibiendo llamadas de Dios después de haber consumido metanfetaminas y heroína antes del vuelo.
El encuentro era tan violento que el piloto decidió que necesitaba aterrizar en Nuevo México. Cuando estaban en tierra, la policía sacó a Bradford del avión.
Después de lo que pasó, Bradford podría pasar hasta 20 años en la cárcel. Además, podría tener que pagar una multa de hasta $250.000 por su conducta, ya que pelearse con la tripulación y hacer cualquier cosa que afecta su trabajo es delito federal.
Representantes de Southwest Airlines comentaron que la comodidad y la seguridad de sus pasajeros es su prioridad, y que después de que Bradford se bajara del avión, este llegó a Dallas sin problemas.