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Científicos de la Universidad de Western, en Ontario, han confirmado que, efectivamente, la roca no es otra cosa que un meteorito que cayó sobre la zona a las 11:30 de la noche y que provocó varias pequeñas bolas de fuego al desintegrarse. El experto en meteoritos del departamento de astrofísica del centro, Peter Brown, ha solicitado a los vecinos cualquier vídeo doméstico o grabación de dashcam en la que aparezca la bola de fuego en el cielo. Este material permitiría calcular la órbita del meteorito, y conocer la trayectoria de un meteorito al mismo tiempo que disponer de una muestra del mismo es una ocurrencia muy poco común y valiosa desde el punto de vista científico.

Cuando terminen de analizarlo, el meteorito será devuelto a Ruth Hamilton, aunque podría darse el caso de que la universidad, otro centro, o incluso un coleccionista privado quiera comprarlo si es especialmente raro. De momento la mujer se conforma con haber salido ilesa y solo quiere un recuerdo de su incidente. [IFL Science]