
Un grupo de investigadores está haciendo todo lo posible para hacer rebotar una serie de señales de radio sobre un asteroide de 152 metros de ancho que ha pasado recientemente cerca de la Tierra.
El Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia (HAARP) está apuntando sus antenas hacia el asteroide 2010 XC15, una roca espacial que fue clasificada como un asteroide potencialmente peligroso para la Tierra. Estos esfuerzos son una prueba que nos podrá ayudar a prepararnos contra un objeto más grande llamado Apophis que pasará cerca de nuestro planeta en 2029.
“Lo nuevo que estamos intentando hacer es investigar el interior de los asteroides con radares de longitudes de onda larga y radiotelescopios terrestres”, dijo Mark Haynes, investigador principal del proyecto e ingeniero de sistemas de radar en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA en un comunicado. “Estas longitudes de onda más largas pueden penetrar el interior de un objeto mucho mejor que las longitudes de onda de radio utilizadas para las comunicaciones”.
HAARP es un centro de investigación que se encuentra en Gakona, Alaska. Está compuesto por 180 antenas de alta frecuencia, cada una de 22 metros de alto que se extienden a lo largo de 13 hectáreas. Estas instalaciones transmiten haces de radio hacia la ionosfera, la parte ionizada de la atmósfera que se encuentra entre 80 y 600 kilómetros por encima de la superficie terrestre. HAARP envía estas señales de radio a la ionosfera y espera a ver cómo regresan, en un esfuerzo por medir las perturbaciones provocadas por el Sol, entre otras cosas.
El pasado octubre, los científicos del centro de investigación HAARP lanzaron una campaña científica con 13 experimentos, incluido uno que buscaba hacer rebotar estas señales sobre la Luna. En ese momento, los investigadores de HAARP anunciaron que también estaban pensando enviar señales de radio a un asteroide para investigar el interior de su cuerpo rocoso.
Durante el experimento celebrado este martes, las antenas HAARP transmitieron las señales de radio al asteroide, y más tarde los científicos verificarán si las señales reflejadas llegan a los sistemas de antenas de onda larga de la Universidad de Nuevo México y a los del Observatorio de Radio Owens Valley de California.
Las antenas HAARP transmiten una especie de pitido continuo tanto por encima como por debajo de los 9,6 megahercios, que se irá repitiendo a intervalos de dos segundos. Aunque haya sido marcado como asteroide potencialmente peligroso, lo más cerca que ha estado este asteroide de la Tierra es al doble de distancia que existe entre nuestro planeta y la Luna.
Este experimento busca prepararnos para un encuentro futuro con un asteroide potencialmente peligroso que pasará cerca de la Tierra en 2029. Este asteroide, bautizado formalmente como 99942 Apophis, tiene cerca de 370 metros de ancho y pasará a 32000 kilómetros de la Tierra el 13 de abril de 2029. Se pensaba que podría representar un riesgo para la Tierra en 2068, pero la NASA ha acabado descartando esta posibilidad.
A pesar de haberlo descartado, HAARP quiere analizar el asteroide para prepararse ante los riesgos potenciales de una de estas rocas espaciales en el futuro. “Cuanto más tiempo tenemos antes de un potencial impacto, más opciones hay para tratar de desviarlo”, dijo Haynes.
En septiembre, la nave espacial DART de la NASA se estrelló contra un pequeño asteroide y consiguió alterar con éxito su órbita. Tal estrategia podría ser una forma de desviar una roca espacial que amenace a la Tierra.
La prueba llevada a cabo ayer mostrará el potencial que tiene el uso de señales de radio de onda larga para analizar el interior de los asteroides. “Si podemos poner en funcionamiento nuestros sistemas terrestres, eso nos dará muchas posibilidades de tratar de detectar el interior de estos objetos”, dijo Haynes.