A veces las cosas no salen como deberían. Un policía en Florida, Estados Unidos, se aventuró a perseguir un auto que estaba circulando con exceso de velocidad, para ponerle una multa, pero no tuvo un final feliz: su auto patrulla terminó incendiándose y ni siquiera pudo multar al infractor. Detrás de esto hay una lección muy importante.
La lección puede parecer bastante obvia, pero parece que al oficial se le pasó por alto en el peor momento: si hace mucho calor y la grama está muy seca, no detengas el auto sobre ella si has conducido a velocidades muy altas, de lo contrario, prepárate para verlo arder.
El policía dio una vuelta en U tras ver que un auto circulaba en el carril contrario a unos 145 kilómetros por hora, lo que supera los 110 km/h reglamentarios. Para poder alcanzarlo tuvo que acelerar hasta superar los 220 kilómetros por hora, y tras hacer sonar la sirena, lo detuvo en el medio de la autopista sobre grama seca. Pocos segundos después comenzó a sentir olor a humo, como consecuencia obvia del contacto de la parte inferior del motor, que se encontraba muy caliente por la velocidad a la que había sido sometido, con la grama seca.
Tras intentar (sin éxito) apagar las llamas en la grama, el auto se incendió por completo y al policía no le quedó de otra que decirle al conductor que había detenido que siguiera su camino, tenía problemas mucho más grandes ahora.
Si el motor de tu auto está muy caliente, ten mucho cuidado al elegir dónde estacionar. [Real World Police (YouTube) vía Jalopnik]