
La serie de Ahsoka ya estrenó sus primeros dos episodios, y hasta ahora ha sido todo lo que los fanáticos de Star Wars podríamos haber esperado, aunque no sin algunos fallos o sin algunas rarezas. De cualquier modo, Ahsoka no es solo una nueva serie que expande aún más el período de tiempo en el que se desarrolla, esa misma era que coincide con The Mandalorian y The Book of Boba Fett, sino también es la continuación de una historia que comenzó hace casi una década.
De hecho, en muchos sentidos promete ser la continuación de una trama y una serie de personajes que conocemos hace 15 años.
Aviso: a continuación se mencionarán spoilers de los primeros dos episodios de la serie de Ahsoka, al igual que detalles de las series animadas Star Wars Rebels y The Clone Wars.
Lucasfilm anunció la serie de Ahsoka en diciembre de 2020, y desde entonces, tras el éxito de las primeras dos temporadas de The Mandalorian, los fanáticos del universo de Star Wars esperaban ansiosos por esta historia, no solo porque sería el debut en live action de uno de los personajes más queridos de esta franquicia (sí, así de querida es entre los fanáticos de las series animadas), sino porque continuaría desarrollando a un personaje creado por Dave Filoni y George Lucas hace muchos años, y cuyo crecimiento presenciamos a lo largo de dos series animadas, convirtiéndola en uno de los personajes más ricos en historia y en conexión con los personajes más importantes de la saga.
Después de todo, es la Padawan de Anakin Skywalker, una que decidió renunciar a la Orden Jedi después de que esta organización, moribunda y corrupta, traicionó su confianza. Ahsoka ya no es una Jedi, como nos deja claro el inicio del episodio.
La serie comienza y desde el primer segundo se siente como algo de Star Wars, con un carrete de letras que nos relatan los acontecimientos previos a la trama (aunque esta vez son letras en color rojo), e inmediatamente pasando a la toma de un crucero espacial militar, el cual en pocos minutos es asediado por dos misteriosos personajes que no son Jedi, pero parece que tampoco son Sith.

Los dos primeros episodios de Ahsoka sirven en principio como un recuento de lo que ha llevado a estos personajes, Ahsoka, Sabine y Hera hasta este momento, y al mismo tiempo, sirve como una conexión directa con los últimos momentos de Star Wars Rebels.
Porque en Rebels, al final de la serie, desaparecen dos personajes clave para esta historia: Ezra Bridger, un Padawan miembro de la tripulación de Hera Syndulla y Kanan (su maestro Jedi), y Thrawn, un Gran Almirante del Imperio que es extremadamente peligroso, y cuyo nombre ya hemos escuchado en las temporadas 2 y 3 de The Mandalorian. El regreso de Thrawn es inminente, y tanto Ahsoka como su fiel seguidora Morgan Elsbeth, lo están buscando. Ahsoka lo busca para detenerlo, y al mismo tiempo, si Thrawn está vivo, también debería estarlo Ezra, o eso es lo que esperan.
Los primeros episodios de la serie están llenos de guiños a los fanáticos que durante más de una década han seguido las series animadas de Star Wars. Por ejemplo, Morgan Elsbeth revela que es una “Nightsister”, una Hermana de la Noche del planeta de Dathomir, mismo planeta del que proviene Darth Maul. Estas mujeres lideraban el planeta, son brujas, lo más cercano a la “magia” que existe en el universo de Star Wars y un concepto que no se ha explorado mucho fuera de estas series. Se supone que Palpatine dio cacería y ordenó matar a casi todas las hermanas de la noche, pero esta no solo ha sobrevivido sino que es una seguidora y creyente de Thrawn. También vemos el regreso de Huyang, un androide que conocimos en The Clone Wars que en ese entonces, en la era de la Orden Jedi, se dedicaba a enseñar a los jóvenes Padawan a crear sus sables de luz. Tiene más de 500 años de experiencia y ahora está ayudando a Ahsoka.

Baylan y Shin son dos personajes misteriosos que claramente son más complejos de lo que pensamos, no es tan simple como que son “los malos”. Sus sables de luz son de color naranja, algo extraño en el universo de Star Wars (que podría significar que no han terminado de pasarse al lado oscuro), y Baylan se nota sentimental con la idea de matar Jedis. Sin duda algunos de los mejores momentos de los dos primeros episodios son protagonizados por estos dos nuevos personajes, en especial cuando vemos a Baylan atravesar ese pasillo acabando con todos los soldados al mejor estilo de Darth Vader en Rogue One.
Y por supuesto, tenemos a Ahsoka, una guerrera que aunque no se considera Jedi, se ve incentivada a tomar a una nueva aprendiz, a entrenar a Sabine en las artes de la fuerza y el lado luminoso. La serie da a entender que hay un pasado entre ellas como maestra y aprendiz, algo que no vimos en Star Wars Rebels, pero supongo irán llenando esos vacíos a lo largo de los ocho episodios que tendrá esta serie. Y me gustaría que se sintiera más de esta conexión entre ellas y el resto de personajes como la hubo en Rebels, especialmente entre Hera y Sabine, pero bueno, aún quedan muchos episodios.
El comienzo de Ahsoka está lleno de guiños a los fanáticos, momentos que llenan de felicidad, como la breve aparición de Chopper o que muchos de los actores que dieron voz a los personajes en la serie animada ahora regresan para el live action: David Tennant como Huyang, Clancy Brown como el gobernador Azadi y, por supuesto, veremos a Lars Mikkelsen como Thrawn.
Los primeros episodios no están libres de fallos, siendo el más evidente que Sabine fuera atravesada por un sable de luz y aún así sobreviviera. ¿Acaso el único al que realmente afectó un sable de luz fue a Qui-Gon Jinn? Tampoco tiene mucho sentido hasta ahora la idea de que un mapa que podría haber estado oculto durante siglos en un templo creado por las hermanas nocturnas sea el que revele exactamente dónde está Thrawn, pero bueno, qué sería de Star Wars sin la búsqueda de un mapa del tesoro.
Durante las próximas seis semanas veremos cómo se desarrolla esta historia que forma parte de una saga que concluirá en una película dirigida por Dave Filoni. Mientras tanto, Ahsoka ha tenido un comienzo interesante que realmente se siente como Star Wars, y como parte de algo más grande. La espera de cada martes se hará larga.