Apple ha comenzado a pagar 65 dólares a los más de dos millones de usuarios afectados por el denominado BatteryGate. El inicio de las compensaciones pone fin a un caso judicial que ha durado cinco años y en el que la compañía se declaró culpable de haber ralentizado a propósito el funcionamiento de los iPhone viejos sin avisar a sus consumidores.
El BatteryGate ha sido calificado por muchos como uno de los mayores fraudes de la historia de la tecnología reciente. En 2020, Apple admitió haber introducido una actualización en 2017 que ralentizaba el funcionamiento de iOS en algunos modelos de iPhone viejos. La función, según la compañía, era un sistema de protección cuyo objetivo era impedir que los iPhone se pudieran apagar accidentalmente debido a sobrecargas en las baterías.
Apple no informó a los usuarios de este cambio y solo llegó al conocimiento de la opinión pública cuando miles de consumidores comenzaron a quejarse de problemas de rendimiento y de iPhones viejos que se apagaban cuando aún les quedaba un 30% de batería. Las quejas dieron paso a una investigación en varios estados de Estados Unidos que confirmó que la actualización de software reducía el rendimiento y provocaba apagones inesperados.
La compañía negó haber tenido malas intenciones con la actualización, pero aceptó pagar hasta 500 millones de dólares en reclamaciones (la cantidad varía en función del número final de usuarios que hayan reclamado). Tras varias apelaciones, el caso finalmente se ha cerrado, ratificando la sentencia inicial, y dando inicio a las compensaciones.
El plazo para reclamar esas compensaciones hace tiempo que se cerró. Los usuarios que cumplimentaron una reclamación en su día pueden comprobar el estado de la misma desde esta página web.